Pamplona - Desde el coche número uno, Xabi Zandio, exciclista navarro y director deportivo del equipo Sky, ha tenido un papel clave en la estrategia, junto a su compañero de coche Nicolás Portal, en la victoria de Geraint Thomas en la ronda gala. Con un método meticuloso y con aprecio mayúsculo por el pequeño detalle, Sky se ha convertido en referencia para todo el ciclismo mundial.
Ha estado en el primer coche del equipo desde la novena etapa del Tour de Francia y ha tenido una visión idónea de la carrera, ¿ha sido tan sencillo para su equipo como ha podido parecer por televisión?
-No, no es tan sencillo. Es verdad que hemos tenido momentos en los que nos han puesto contra las cuerdas, pero hemos solucionado muy bien las papeletas. A pesar de lo que pueda parecer por televisión se pasan muchos nervios en carrera.
Al mismo tiempo, ¿ha sido el Tour más complicado fuera de la carretera por todo lo que ha envuelto a Chris Froome?
-Sí, sin duda alguna. Ha llegado un punto en el que la cosa fue enrareciéndose y este año se ha magnificado todo. Creo que ha terminado siendo realmente desagradable. Yo fui a partir de la novena etapa y la gente ha tenido un compartamiento muy feo para con el equipo.
Llevan seis Tours de Francia en siete años, y cuatro grandes vueltas consecutivas, esto no puede ser casualidad, ¿no?
-Está claro que no es casualidad. Somos un gran equipo que ficha a los mejores corredores. Estos están muy bien cuidados, no les falta de nada, pero lo que dices, casulidades no suele haber en la vida. A veces cuesta ganarlas más, o menos, pero esto es el fruto del trabajo y de hacer bien las cosas. En este equipo se hacen las cosas realmente bien.
Son el equipo que más concetraciones hacen a lo largo del año, ¿se nota esto en la sintonía entre corredores a lo largo de una gran vuelta?
-Pasamos mucho tiempo juntos, y a parte de estar muy compenetrados en la carrera para saber el límite que puede dar cada uno en todo momento, pero el feeling entre ellos también es muy importante. Al final estar tanto tiempo fuera de casa es duro, pero esto hace que la maquinaria todavía funcione mejor.
Y el mejor ejemplo de este año han sido Bernal y Castroviejo
-Si, Egan es un chico que lleva haciendo las cosas muy bien, y después del año pasado era un corredor por el que pelearon muchos equipos, pero finalmente hemos tenido nosotros la suerte de tenerlo. Es cierto que todo el mundo esperaba mucho de él, pero este primer año ha superado todas las expectativas. El día que ganó Nairo la etapa era un puerto durísimo y se fue a mil, e hizo un etapón increíble. De cara al futuro va a tener mucha gente expectante por lo que puede hacer.
Esos pequeños detalles famosos de los que tanto hablan, ¿son los que marcan la diferencia?
-No creo que marquen tanta diferencia, pero esos pequeños detalles ayudan a que el corredor este más cómodo y a evitar problemas de mayor índole.
Por lo que tienen todo más que estudiado.
-La verdad es que sí. Se intenta no dejar nada al azar, todo el mundo contribuye con sus ideas. De diez ideas igual es una la que sale adelante, pero luego las vamos integrando en nuestro día a día, en nuestra rutina, y terminan siendo cosas muy interesantes que te permiten tener menos contratiempos y rendir un poco más.
En cierto modo estáis renovando el ciclismo
-Bueno, igual es también la fama que se nos pone, porque yo creo que todos los equipos también hacen las cosas realmente bien. Yo creo un equipo que gana y que esta dominando en el Tour de Francia, que al final es la carrera referencia, siempre puede ser un espejo para los demás.
Aunque a veces al espectador esa forma de correr le parezca un poco aburrida.
-Ese ciclismo creo que pasó un poco a la historia. Puntualmente se suele ver ese estilo de ataque de lejos, pero no es lo normal. Se corre de una manera mucho más controlada, y nos lo achacan a nosotros, pero cualquier equipo que este arriba en una grande hace lo mismo. En 2009, cuando corría yo con Valverde en el Caisse d’Epargne, ganamos la Vuelta a España y hacíamos lo mismo.
Rodillos, potenciómetros... lo suyo va mucho más allá del presupuesto.
-Se habla mucho de nuestro presupuesto, pero tampoco hay una gran diferencia con el resto. Aquí hay muchas cabezas pensantes para desarrollar nuevas mejoras, y al final los corredores está muy bien motivados y asesorados.
¿Qué importancia y qué valor le dan a la alimentación y a la preparación para que Thomas (32), Froome (33), e incluso Poels (30) estén al nivel de gente más joven?
-Esto también ha cambiado mucho, el ciclista antes tenía una franja de edad que se ha ido alargando y ahora los corredores con 35 o 36, como Valverde, Evans o Purito, dan lo mejor de ellos con esa edad. La alimentación lo es todo. Es muy difícil conseguir esa relación peso-potencia para que no pierdas. A Thomas se le veía que estaba muy fino y muy fuerte cuando comenzó el Tour. El saber controlar y llegar ese balance se consigue todo con la alimentación. Tenemos un nutricionista que está con ellos todo el día, y dependiendo de la etapa disponemos de un avituallamiento, u otro.