Recientemente se ha aprobado una subida del sueldo de Javier Tebas, presidente de LaLiga. El ejecutivo ha sido premiado por los clubes con una subida del 30% que le pone en unos emolumentos de 1.2 millones de euros anuales. Lo primero que hay que decir es que es mucho dinero. Lo segundo, que está dentro del mercado. Y lo tercero, en mi opinión, es que se gana hasta el último céntimo. LaLiga es uno de los productos más importantes de la industria del deporte, una actividad que genera unos ingresos bestiales. Los Tebas de la NFL y la NBA perciben en torno a 20 millones de euros por curso. El presidente de la Premier League se puede llegar a embolsar, en función de los objetivos, 2,5 millones de libras cada año. El kilo de Tebas está en contexto con la industria en la que trabaja y el aumento se lo ha ganado desde que es presidente. LaLiga ha multiplicado sus ingresos por televisión durante su mandato, pasando de casi 700 millones de pastel en la temporada 14-15 a los cerca de 1.300 actuales. La asistencia a los estadios también ha mejorado y la imagen de marca de LaLiga en todo el mundo ha crecido exponencialmente. Los clubes ahora son entidades saneadas que no pueden gastar más de lo que ingresan y las denuncias por impagos a jugadores son prácticamente inexistentes. La administración Tebas ha conseguido un fútbol español sostenible y rentable. El envoltorio del producto por fin empieza a estar acorde (falta por hacer) con lo que se ve dentro del césped, donde LaLiga es la mejor competición sin posibilidad de comparación.
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