Galdakao - “La mejora física da confianza. Más que nada, estamos observando que el trabajo que se realiza durante la semana da sus frutos. Cada día me siento mejor. Todavía soy consciente de que puedo mejorar tanto de fuerza como de resistencia”. Lo dice Mikel Urrutikoetxea con unas gotas de sudor recorriéndole el gesto al final de una sesión de preparación física junto al preparador Iker López (Zamudio, 1977), su entrenador físico personal, antes de la final del Cuatro y Medio del domingo contra Jokin Altuna. El entrenador forma parte del grupo de confianza del campeón de Zaratamo, que completan el nutricionista Hugo Iglesias, el técnico de Asegarce y botillero Pablo Berasaluze y los fisioterapeutas Igor Miner y Rafa Zuluaga Fotxa. Además, se realizó un trabajo genético para ahondar en la materia prima del deportista. No hay recetas mágicas. Solo trabajo.

Urrutikoetxea comenzó con López, quien trabaja en Kirolene, poco antes del Cuatro y Medio de 2016. El de Zaratamo llegaba de un curso estelar, de colorado, con la Triple Corona de un plumazo y la final del Manomanista recién disputada. Del tirón ganó el acotado de San Fermín la primera vez que se abría a pelotaris de fuera de Nafarroa. El de Zamudio reconoce que nunca había contado con pelotaris en su cartera de clientes. “Sí que he tenido a deportistas de alto rendimiento de otras disciplinas: ciclocross (Aitor Hernández), aizkolaris (Xabier Zaldua), judo, fútbol?”, desvela López, al que siempre le ha “gustado” la pelota a mano, un deporte en el que apenas existen “estudios”. Empezar de cero. Lienzo en blanco. “Tuve que poner el foco en los distintos gestos técnicos y desplazamientos. Hay que cronometrar la duración de los tantos y del juego para tener en cuenta todos los parámetros físicos”, declara Iker.

La curiosidad alimenta a López, una esponja, quien ha formado un tándem perfecto con Mikel. Un engranaje alemán. Feedback. “A mí, personalmente, me gusta meterme en nuevos proyectos. Hay preparadores que se dedican toda la vida a un solo deporte. Yo he tocado muchos y me gusta. Incluso, hay futbolistas que, aunque tienen su propio preparador en el club, me piden una labor complementaria”, sostiene López, licenciado en IVEF, quien agrega que “con un pelotari de estas características es como jugar a caballo ganador. Siempre es un reto. Asimismo, a nivel físico, entre comillas, le cogí un poco virgen”. No obstante, el de Zamudio es consciente de que comenzar con un campeón es un “arma de doble filo”. El finalista del Cuatro y Medio venía de triunfar en todo. “Puedes pensar que todas las miradas podrían recaer sobre mí en caso de que no gane de nuevo. En la este deporte hay muchos factores más que el físico: el psicológico, el táctico, el técnico? Urrutikoetxea viene prácticamente de haber ganado todo y sin presión, porque estaba abajo, y ahora tiene que mantenerse entre los mejores”, dice el preparador, quien agrega que, después de cuantificar todos los parámetros, tienen la certeza de que “está mucho mejor”. La otra parte sale de las entrañas de Mikel en el frontón.

Así, todo comenzó por “adaptar los gestos del deporte”. Entrenamiento funcional. “Tenemos que trabajar la fuerza mediante la técnica. No sirve de nada hacer un press de banca si luego no es útil en la cancha”, define López. Así, tal y como añade, el entrenador observa que la evolución se puede ver en el Cuatro y Medio en muchos aspectos: “A nivel de defensa, se le ve más fuerte en la cancha y aguanta mejor las segundas partes”. El de Zamudio recita que los test van “mejorando”, pero que en la pelota entran en juego también “factores externos”. “La semifinal del Manomanista de 2017 contra Oinatz Bengoetxea es una espinita clavada. Mikel estaba muy bien físicamente, pero hay días malos”, recuerda. En ese punto, López lanza flores al bloque que rodea al pelotari, culpable de muchas de sus victorias. “Hay que destacar la labor de Pablo Berasaluze. Como técnico es increíble. Mikel tiene una relación especial con él. Le debe mucho como entrenador, pero también psicológicamente. Hacemos un trabajo en ese aspecto todo el equipo: Pablo, el nutricionista Hugo, su entorno, sus fisioterapeutas y yo. Sin embargo, Pablo es el padre deportivo de Urruti”, admite. El equipo está “equilibrado”.

factores genéticos y psicológicos Para cuantificar las mejoras y valorar cómo podría crecer físicamente, Mikel Urrutikoetxea fue sometido a un análisis genético con la empresa Baigene, de cara a individualizar y afinar sus entrenamientos. “Pudimos comprobar que tiene un potencial bastante bueno: es de fibra rápida y de buena capacidad aeróbica. Lo tiene todo. Quizás haya algún problema de recuperación. Ahí es donde tenemos que medir un poco las cargas”, revela el de Zamudio. De este modo, durante la temporada trabajan las situaciones postpartido. “La pelota a mano requiere muchas arrancadas y eso genera una gran destrucción muscular e inflamación. A nivel genético nos dimos cuenta de que puede haber una carencia en ese aspecto, ya que destruye más fibras que otros”, abunda el técnico, quien afirma que “la recuperación es clave. Estamos machacando ese trabajo. Le cuesta recuperar, pero estamos poniendo todos los medios físicos que tenemos a nuestro alcance: baños con agua fría, estiramientos, masajes, medias compresivas... Medimos muy bien las cargas para que llegue con chispa a los partidos”, explica el zamudioztarra.

Otro de los factores es el psicológico: “Intentamos ayudarle. La tensión que tiene que aguantar es importante. Estar arriba genera presión. Mikel vive por y para la pelota a mano y se presiona mucho. Hay que saber sobrellevarlo”.

Mikel, el profesional En el trabajo diario, asevera Iker, se ha encontrado con un deportista volcado. Gen de campeón. Trabajo, trabajo y más trabajo. Tres pilares para forjar una carrera. Tres pilares para tres txapelas en la élite. Tres pilares para empezar a negociar. Íntegro. “Mikel es superprofesional y muy educado. Da gusto entrenar con él. Nunca pone pegas y siempre tiene ganas de entrenar”, desbroza el entrenador, quien valora de forma muy positiva la “buena comunicación” entre ambos. “Sin duda, es muy importante la relación personal. Voy con él a los partidos y se convierte en un hobby, pero lo paso mal. Muchas veces ni quiero verlos”, finaliza López.