El mercado de salidas de LaLiga hacia otros campeonatos tuvo tres nombres propios, por encima de todos el del brasileño Neymar acompañado de los de James y Álvaro Morata, que acapararon casi todos los focos mediáticos con su salida al París Saint Germain, al Bayern y al Chelsea, respectivamente. La operación del verano en Europa, el fichaje más alto económicamente de la historia del fútbol, el que despertó más expectación, fue sin duda la contratación de Neymar por parte del multimillonario PSG de Nasser al Khelaifi, previo pago de los 222 millones de su cláusula de rescisión al Barcelona. Fue la exportación más sonada de la Liga, seguida, a distancia, por la marcha de James y Morata del Real Madrid, el primero al Bayern, el segundo al Chelsea y los dos en la búsqueda del protagonismo principal que no tuvieron de blanco.
James no contó con todos los minutos que hubiese deseado en su tercera temporada. En la penúltima jornada de Liga, ante el Sevilla en el Santiago Bernabéu, hizo un simulacro de despedida tras aplaudir a su afición cuando fue sustituido. Su salida estaba cantada y se cumplieron los pronósticos. El medio sudamericano ha caído en los brazos del entrenador italiano Carlo Ancelotti, con quien vivió su mejor curso en el Real Madrid. En el primero, el 2014-15, firmó sus mejores números y, ahora, durante dos años, los que estará cedido en el Bayern con una opción de compra, intentará recuperar su mejor nivel.
Morata, en una situación similar que su compañero por la ausencia de minutos en los partidos importantes, decidió abandonar la disciplina blanca cuando finalizó el curso. Aunque Zidane quería contar con él por su gran efectividad (20 goles, segundo máximo goleador blanco), tenía claro que quería irse. Con el Mundial de Rusia a la vuelta de la esquina, no podía permitirse el lujo de no tener demasiados minutos. Por eso, primero intentó irse al Manchester United de Mourinho. El fichaje no se pudo consumar y viajó a Estados Unidos para iniciar la pretemporada. Y, finalmente, pocos días después, fue el Chelsea de Antonio Conte, un viejo conocido de Morata en los banquillos (coincidieron en el Juventus), el que se llevó el gato al agua por 80 millones de euros, récord de un fichaje español tras superar a Fernando Torres (el Chelsea pagó 58 millones en 2011).
Esas compras fueron las más sonadas. Pero hubo más. Y Alemania no sólo se ha movido con James. Aunque los fichajes han sido escasos para la Bundesliga, ha habido más. Uno de ellos fue el de Ignacio Camacho, que cambió de aires después de seis temporadas en el Málaga. Jugará en el Wolfsburgo, que intentará volver a colocarse entre los primeros después de llegar a coquetear con el descenso la temporada pasada. También jugará en Alemania el central del Deportivo Pablo Insua, que ha dejado en las arcas del cuadro gallego tres millones de euros para formar parte del Schalke 04. Otro defensa, Omar Mascarell, recaló en el Eintracht, club por el que ha firmado por tres temporadas.
Muchas exportaciones Más activas han estado otras Ligas. La inglesa y la portuguesa han echado sus redes en España. Varios jugadores se han marchado con destino hacia ambos torneos y nombres como los de Roque Mesa, Sandro Ramírez, Vicente Iborra, Fabio Coentrao y Jérémy Mathieu cambiaron de aires.
Sandro, después de su gran final de año en el Málaga de Michel, llamó la atención del Everton. Por 6 millones de euros, intentará mantener su buen momento de forma en el cuadro inglés. Es un fichaje joven y de futuro para el conjunto británico. En el Swansea galés, el artista de Las Palmas, Roque Mesa, intentará aportar su magia y calidad. El cuadro británico pagó 12,5 millones para traer a un hombre que dará calidad al centro del campo de un equipo que sueña con vivir un año tranquilo lejos del descenso. Desde el Sevilla llegó al Leicester Vicente Iborra. El capitán del conjunto hispalense lloró en su despedida y dejó 15 millones de euros.
En Portugal no se quedan atrás. El Sporting Lisboa se ha movido mucho por España y ha conseguido los traspasos de Fabio Coentrao, que finalmente dejó el Real Madrid, del francés Jérémy Mathieu, que con la carta de libertad abandonó el Barcelona, y del lateral italiano Cristiano Piccini (por 3 millones de euros se fue del Betis). Además, el holandés Ola John culminó su cesión y volvió del Deportivo al Benfica.
La Ligue 1 y el PSG ya tienen a Neymar, que desató la locura en la capital de Francia y en el fútbol europeo en la misma medida que sacudió al Barcelona. El brasileño es la figura del fútbol en Francia, donde aterrizaron también más futbolistas de la Liga española, otro en el mismo equipo, Yuri Berchiche, que abandonó la Real Sociedad. También ha llegado Mariano Díaz al Olympique Lyon. Su nuevo club pagó 8 millones. El dominicano ofreció pinceladas en el Madrid de futuro buen jugador. El defensa Adil Rami volverá a su país después de dos temporadas en el Sevilla. El Olympique Marsella se ha hecho con sus servicios y el central de ascendencia marroquí, por 6 millones de euros, volverá al campeonato que abandonó en 2012.
La revolución que intenta acometer el Milán en su plantilla ha incluido al central argentino del Villarreal Mateo Musacchio. A sus 26 años, intentará explotar en un equipo deprimido en los últimos años y que se ha convertido en uno de los mayores agitadores del mercado.
Retiros dorados No hay que olvidarse de Pepe. Finalizada su exitosa etapa en el Real Madrid, el central portugués aceptó la oferta del Besiktas turco para continuar con su carrera. En el club en el que estuvieron un día Guti y Vicente del Bosque, podría ser el último del internacional luso. Con 36 años y después de 280 partidos oficiales en el Betis en los que marcó 147 goles, Rubén Castro jugará en China en las filas del Guizhou Hengfeng Zhicheng a las órdenes del técnico español Gregorio Manzano. Y el portero mexicano Guillermo Ochoa buscará el éxito que no tuvo en el Málaga y en el Granada. Después de dos cursos casi inéditos en el primer club y de otro con números muy negativos en el segundo, luchará por recuperar su crédito en el Standard Lieja belga.