en el deporte, como en la vida, hay personas que marcan. Hombres o mujeres que a su paso dejan un grato recuerdo. Poseedores de un talento especial y un carisma tal que atrapa a las personas a su alrededor. Estos días la Fórmula 1 está de enhorabuena porque cada vez está más cerca la posibilidad de que Robert Kubica vuelva a enfundarse el mono de competición. Con la esperanza de recuperar definitivamente al polaco, Renault confirmó a Kubica como piloto para los próximos test que tendrán lugar el 2 de agosto, después del Gran Premio de Hungría. Si el rendimiento del de Cracovia, que corrió en la máxima categoría del automovilismo mundial entre 2006 y 2010 con BMW-Sauber y Renault -76 carreras, doce podios y una victoria, cosechada en el Gran Premio de Canadá en 2008-, resulta competitivo y su mano responde bien, podría volver esta temporada al gran circo.

En el año 2011 Kubica tuvo un fuerte accidente cuando competía en un rally por pura diversión. El polaco se salió de la vía y estrelló su Skoda Fabia contra el guardarrail, con tan mala fortuna que este se partió y atravesó el coche. El piloto de Lotus-Renault, que fue operado de urgencia, perdió parte de la movilidad en su mano derecha, lo que le impidió continuar en la Fórmula 1. Desde entonces, el piloto de 32 años ha participado en diferentes disciplinas de motor en las que su mano no le impide pilotar, como el Campeonato de Europa o el Mundial de rallys. Incluso, llegó a ganar en 2013 una competición complementaria al Campeonato del Mundo. A pesar de los buenos resultados en estas disciplinas, el ex de Lotus-Renault ansiaba recuperarse y volver a demostrar su valía en la categoría reina.

Kubica nunca se llegó a alejar de Renault y el equipo francés esperaba la recuperación de su estrella confiando en un posible regreso. A lo largo de estos años, Kubica probó diferentes vehículos, tratando de evaluar sus posibilidades de regresar a la Fórmula 1. Así, en los últimos dos meses disfrutó de dos jornadas de pruebas con el Lotus-Renault E20, monoplaza de 2012, en los circuitos Ricardo Tormo, de Cheste, y en Paul Ricard. Los resultados fueron satisfactorios. Kubica voló sobre el asfalto e incluso llegó a superar al piloto probador de Renault, Sergey Sirotkin. El de Cracovia, con el paso del tiempo y su continua lucha, fue mejorando de sus lesiones y ahora parece estar más cerca de regresar al lugar del que nunca debió salir. Uno de sus mejores amigos en la Fórmula 1, Fernando Alonso, recibiría a Kubica con los brazo abiertos. “Su vuelta sería una de las mejores noticias del año. Robert es simplemente el mejor”, comentó el piloto asturiano.

Test con Pirelli El polaco, que entrena en el simulador del equipo, viene superando los tiempos de los actuales pilotos de la escudería, Jolyon Palmer y Nico Hülkenberg, lo que le ha permitido ganarse la participación en los test de Pirelli que realizará Renault en Hungaroring. El de Cracovia deberá familiarizarse con el vehículo de esta temporada, el RS17, un monoplaza que no se parece a los que se ha subido en los anteriores test. Un coche más potente, con una tecnología híbrida y con una mayor carga aerodinámica que le permite tener un mejor paso por curva y complica su dominio. La escudería francesa ya realizó unas leves modificaciones en los mandos del monoplaza, con el fin de facilitar al polaco el manejo del coche, haciendo posible el pilotaje con la mano lesionada.

La jornada de pruebas posterior al Gran Premio dará seguro que hablar y será una buena forma de medir las capacidades del polaco con respecto a los pilotos actuales del equipo, que competirán a lo largo de este fin de semana en el mismo circuito. Un trazado complejo y muy exigente que pondrá a prueba la lesión del polaco. “Cualquiera que pase esa prueba también puede pilotar en un Gran Premio”, aseguró el piloto de Renault Nico Hülkenberg. Los resultados que obtenga Robert Kubica serán objeto de análisis y el equipo francés deberá tomar una decisión sobre el futuro del polaco. Todo apunta a que si finalmente la escudería francesa se decide por el piloto de 32 años, el gran sacrificado sería Jolyon Palmer, que tendría que dejar su asiento. El británico, que este año no ha estrenado todavía su casillero de puntos, ocupa la decimoctava posición, ocho por detrás de su compañero Hülkenberg, por lo que todas las miradas le señalan a él.

Si los números y las sensaciones de Kubica son óptimas, el piloto polaco podría volver a la categoría que le vio brillar con luz propia. Incluso podría ser que volviera a competir después del parón veraniego, para el Gran Premio de Spa-Francorchamps que se celebra el último fin de semana de agosto. Pero para eso habrá que esperar. De momento, lo que está claro es que el circo de la Fórmula 1 no se ha olvidado de uno de sus más carismáticos actores y le espera con entusiasmo.