Duración 48:45 minutos de juego.
Saques Uno de Olaizola (tanto 13) y dos de Altuna (tantos 10 y 18)..
Pelotazos 262 pelotazos a buena.
Tantos en juego 11 de Olaizola y 12 de Altuna .
Errores 11 de Altuna y 6 de Olaizola.
Marcador 0-3, 1-3, 1-4, 2-4, 5-5, 6-7, 6-8, 7-9, 9-10, 10-10, 16-11, 17-15, 20-16, 21-16 y 22-18.
Incidencias Final del Cuatro y Medio de San Fermín disputada en el Labrit de Pamplona. Lleno, 1.000 espectadores.
pamplona - Aimar Olaizola hizo una reflexión interesante tras calzarse su sexta la txapela de campeón del Cuatro y Medio de San Fermín. El delantero de Goizueta afirmó que se habla mucho de su edad, del cambio generacional, pero que él había estado más fresco en la segunda mitad del encuentro que le enfrentaba a Jokin Altuna, 17 años más joven.
Las condiciones no eran fáciles -agobiante el calor en el Labrit- pero Aimar volvió a demostrar que en el acotado no hay quien le tosa, ni tan siquiera un virtuoso como el amezketarra, llamado a dominar la distancia en tiempos venideros.
Jokin comenzó entonado, con la confianza de haber ganado a Aimar en la pasada semifinal de la jaula y con el respaldo de los muchos aficionados que siempre le acompañan. El chaval es de esos manistas que por su vistosidad siempre lleva mucha gente a los frontones.
El guipuzcoano empezó con un 0-3 evidenciando que buscaba un duelo de poder a poder. Aimar, con motor diesel, se fue enchufando al juego poco a poco hasta que consiguió voltear el tanteador. 5-4 gracias a uno de esos ganchos tirados con precisión de delineante.
El duelo siguió en un toma y daca hasta el 10-10, momento en el que Aimar dio un arreón y firmó una tacada de 6 tantos que parecía definitiva. Una racha cimentada más en los fallos del amezketarra que en los propios aciertos del de Goizueta.
Jokin falló una con la zurda, mandó otra al colchón y otro yerro más del de Aspe ponían el 16-10 para Aimar. Muchos daban por finiquitado el duelo, viendo la tendencia y la experiencia de uno y otro pelotari, pero el joven Altuna, aconsejado desde la contracancha por su paisano Ekaitz Saralegi, no perdió la cara al encuentro y una chapa de su rival volvió a dar alas al guipuzcoano.
Altuna firmó cinco tantos consecutivos y dio muestra de su infinito repertorio sobre una cancha. 16-15 resucitaba Altuna, originando un partido nuevo en el Labrit.
Entonces, en ese final apretado apareció la veteranía del de Goizueta que firmó un par de ganchos de mucho nivel que le otorgaban cierto sosiego.
Con 20-16 a Jokin se le quedó un saque corto, dejando ya el partido en bandeja para el navarro. El de Amezketa se lamentaba una y otra vez por su inesperado fallo y desde el graderío superior trataban de insuflarle ánimos.
Un fallo en la volea de Altuna cerraba el Cuatro y Medio de San Fermín, coronaba a Aimar por sexta vez en el día grande de las fiestas y demostraba que aunque hay voces que quieren jubilar a las viejas glorias de los frontones, la realidad es que siguen dominando los campeonatos.
Aimar en vestuarios se encontraba tranquilo -ha saboreado las mieles del éxito en innumerables ocasiones- y se limitaba a apurar un refresco para combatir la deshidratación. Altuna en cambio, para quien el partido tenía más significado, se mostraba realmente enfadado. Enfadado consigo mismo y con la normativa de no poder probar la pelota antes del tanto. “He regalado: dos faltas de saque, una volea fuera al final y más fallos... él ha hecho más defensa que yo. Yo he regalado más y por eso me ha ganado”, comentó el subcampeón y prosiguió: “Me voy enfadado también por las putas reglas que no se puede tocar la pelota ni nada. Estoy muy quemado”.
La ambición de la juventud, las ganas de comerse el mundo y quizás también la imprecisión ante tanta motivación desbocada. Altuna acabará dominando el Cuatro y Medio -con sus facultades es cuestión de tiempo que llegue su momento- pero hasta que alcance el ansiado trono, los viejos rockeros como Aimar seguirán poniendo las cosas muy difíciles.homenaje
El Labrit se rinde a Zubieta. Antes del inicio del encuentro se rindió homenaje Aitor Zubieta que anunció recientemente su retirada. Se le brindó un aurresku y se le entregaron diversos galardones, incluida la clásica makila.