Amigo Chapu. La última vez que te escribí unas líneas fue cuando se anunció tu fichaje por el Baskonia, en lo que sería tu segunda etapa en Vitoria. ¡Qué alegría me diste aquel día...!
Sin embargo, un par de años después, decidiste sernos infiel con la más guapa de la clase, y te fuiste con ella. Es ley de vida, o mejor dicho ley del deporte, pero para los baskonistas de pro, fue un palo.
Pero a pesar de ello, sabes bien que aquí te seguimos queriendo, que no hemos olvidado todo lo que has hecho por nuestro club y por nuestro equipo, y recordamos con mucho cariño cada minuto que has jugado en casa... Porque sí, Vitoria es y será siempre, tu casa.
La pasada semana anunciaste tu retirada en activo del baloncesto. Al igual que hizo tu amigo Prigioni, lo hiciste por medio de una carta. “Después de tantas batallas, he decidido dejar de reventar la botella de agua contra el piso, mojando a compañeros, asistentes y plateístas de primera fila, de tirar toallas, de patear bancos, de insultar al aire...”
Pues permíteme que te diga que eso no te lo crees ni tú. Desde el cariño que te tengo, me resisto a creer que no vas a seguir vinculado al baloncesto de alguna manera. Este deporte es una forma de vida, una forma de sentir, una forma de pensar, una forma de ser..., y tú eso lo llevas muy adentro.
Mucho se está hablando en las últimas semanas acerca de si Pablo está tramitando su título de entrenador, de si entrenará algún día al Baskonia..., y el caso es que ojalá os veamos próximamente a ambos en esa faceta, y en Vitoria.
No sé si en el primer equipo o dónde, pero desde luego que podríais participar en la estructura del club, enseñando lo mejor de vosotros a los niños de los equipos de base. Dos maestros como vosotros serían los mejores embajadores del mundo del basket para los chavales que están en formación. Es un pensamiento en voz alta que ojalá se haga realidad.
Ojalá podamos seguir contando con vosotros, aunque no sea metiendo canastas. Ojalá alguna botella de agua caiga de nuevo al parqué proveniente de tu mano... ¿Os imagináis a Pablo y al Chapu de primer y de segundo entrenador (o viceversa) imprimiendo su sello y su carácter en el Baskonia?
Chapu, las dos etapas tuyas en Vitoria son uno de los mejores recuerdos que podemos tener los baskonistas. De aquel chaval que llegó a Vitoria, al jugador decisivo en el que te convertiste, pasó muy poco tiempo.
Han pasado un montón de años de tu primer fichaje, pero todavía lo recuerdo. Cómo llegaste a Vitoria siguiendo la conexión Argentina-Vitoria, de la mano de Alfredo Salazar, y que comenzaron unos años antes Marcelo Nicola y Walter Guiñazú, y que tantas alegrías y momentos de éxito ha dado a nuestro baloncesto.
Tu primer año cedido en Manresa, y tus primeros partidos en el Buesa, donde ya mostrabas tu carisma en la cancha. Y de ahí en adelante, fueron unos años tremendos, tuyos y del equipo. Llegaron los títulos, coincidiste con otros grandísimos jugadores...
Una época dorada en la que en Vitoria se hablaba argentino. Unos años en los que veíamos unos Juegos Olímpicos o unos mundiales de basket, y teníamos medio Baskonia jugando en aquella selección, con hasta seis jugadores (si no recuerdo mal) en alguno de los años, compitiendo con los americanos, con Gasol y compañía, y con los mejores jugadores del mundo.
Reconozco que muchos de nosotros nos hicimos un poco (o mucho) de la albiceleste gracias a ti, a Luis, a Pablo, a Fabricio, a Rubén... No podíamos en verano ver partidos del Baskonia pero no pasaba nada porque estabais todos juntos en aquella selección con la que podíamos seguir disfrutando del baloncesto de primer nivel.
Pero volviendo a casa, es momento de decirte que dejas un recuerdo imborrable. Uno de los mejores jugadores que ha pasado por el Buesa Arena, pero no sólo por tu juego, por tus entradas, tus triples, tus mates..., también por una garra, carácter, entrega, sacrificio..., que será difícil de volver a ver.
Un espíritu competitivo de un jugador, de una generación incluso, que no os permitía perder ni a los cromos. Un carácter ganador que te hacía, como bien dices, calentarte hasta el punto de protestar a los árbitros o enfadarte con el mundo, pero que visto ahora con la perspectiva del tiempo, fue muy importante para el Baskonia y para los que hemos tenido la suerte de haberte visto jugar.
¿Te acuerdas cuando ganamos la Liga del doblete en 2002? La celebración llegó hasta una conocida discoteca vitoriana donde pudimos coincidir contigo y con una buena parte del equipo, ya de madrugada y con una alegría tremenda en el cuerpo.
Estuvimos hablando precisamente de ese carácter ganador..., y en mi recuerdo quedará para siempre tu respuesta a una de mis preguntas... “Yo soy mejor que vos hasta haciendo el amor...”, me decías... Yo me meaba de la risa, pero no era el único..., puesto que la entrañable Paula se partía de risa ante la situación...
Volviendo a las canchas, tu palmarés deportivo en Vitoria queda grabado con una Liga y una Copa en la temporada 2001-2002, una Copa en la temporada 2003-2004, así como distinciones individuales (MVP Liga 2003-2004), finales y demás reconocimientos.
Todas estas menciones y recompensas deportivas fueron totalmente merecidas. No creo que nadie pueda poner el más mínimo pero a ninguna de ellas. No obstante, yo quiero desde aquí lanzar una petición formal al Baskonia para que podamos hacerte alguna despedida, algún homenaje.
Lo mismo que pudimos ver con Elmer Bennett en el Iradier Arena, con el equipo que ganó la Copa Asociación (ya en el Buesa), con el que ganó la Recopa, con Manel Comas, o con Pablo Prigioni, queremos hacerlo contigo.
Los baskonistas necesitamos verte salir otra vez por el túnel de vestuarios con toda la luz del pabellón apagada y sólo un foco encima de ti..... Necesitamos poder darte otro aplauso más, gritarte todos a una “Chapuuuuuuu...!!!”, hacerte llegar todo nuestro cariño y admiración, y verte levantar tu mano para saludar...
De las 12 torres del Buesa, una la tiene Pablo, y nos quedan otras 11 más. Pero una tiene que ser para ti. Quiero que la última camiseta con la que te podamos ver sea la nuestra, la del equipo que te trajo a casa, la de la gente que tanto ha disfrutado contigo y con el baloncesto que nos has regalado. Esa camiseta con tu apellido tiene que estar al lado de la de Pablo, en una torre contigua.
Y puestos a pedir, todavía nos queda Luis en activo. El único de los tres que no ha emprendido aún su segunda etapa en Vitoria. No sé si a los Reyes Magos, al Olentzero, a Papá Noel, a Querejeta, o a quién hay que pedir este deseo, pero sería tremendo volver a verle de corto en el Baskonia, mientras Pablo y tú le veis jugar desde la grada.
Así que amigo Chapu, acaba esta temporada como tienes previsto (aunque espero que no sea muy productiva para ti y tu equipo...), y vente de vuelta a Vitoria, que queremos verte de nuevo por aquí.
Como bien dices, a partir de este verano será momento de centrarse en la familia. Nosotros desde aquí sólo podemos mandarte un enorme y sentido abrazo para ti, otro también para Paula y otro para tus tres hijos.
Ha sido un placer verte jugar. Los miles de vídeos que circulan por las redes sobre ti, son piezas de museo que enseñaremos a nuestros hijos y a todos los que comiencen a jugar a baloncesto.
Una de tus señas de identidad ha sido el carácter y esa palabra ya está para siempre unida al nombre del Baskonia. Hasta pronto Chapu, y gracias por todo. ¡Aupa Baskonia!