Bilbao - El final de la décima jornada del Parejas de Primera arroja nuevas luces sobre una competición que se antojaba como un nudo gordiano muy complicado de desatascar. Las leyes matemáticas impusieron tierra quemada al término de la primera vuelta y, ahora, a un solo mes de la primera criba que da paso a la liguilla de semifinales, la realidad alumbra novedades en forma de resurrecciones en los momentos clave del campeonato. La muestra la dan Aimar Olaizola y Álvaro Untoria, quienes, con su victoria del domingo en el frontón Bizkaia de Bilbao, asumen un rol de futuros aspirantes, aunque el goizuetarra se abrace a la teoría cholista del partido a partido. Argumenta el veterano campeón navarro, que ganó el curso pasado con Mikel Urrutikoetxea como pareja, que “nos quedan todo finales”. En total, cuatro. La revuelta se antoja en el mejor momento. Y es que, los dos puntos iniciales fueron sustento en los peores instantes del dueto.

Olaizola II sabe de qué va la película y conoce las aristas de cada torneo. El Parejas va de aguantar y embocar el buen momento. Para ejemplos quedan el caso de Oinatz Bengoetxea y el propio Álvaro Untoria en el campeonato de 2015, que se llevaron la txapela después de un campeonato de norias. Tras empezar abajo, siendo Andoni Aretxabaleta el zaguero titular, y acabar por la puerta grande. “Aquí todos los puntos son muy importantes y muy caros de ganar. La victoria del frontón Bizkaia fue ante una pareja muy dura y es importante para nosotros”, señala Olaizola II.

La suma del triunfo ante Elezkano II-Zabaleta es doble. Por un lado, la unión al punto ante Altuna III-Barriola dota de gracia la racha. Por el otro, el navarro y el najerino han ganado sus dos encuentros a los de Aspe, lo que les da hegemonía ante un posible triple empate. Asimismo, las sensaciones son mejores y la irregularidad desaparece. “Sabíamos que teníamos un choque difícil. A Álvaro le vi bien. Se le ve ya con más confianza. Desde el principio jugamos bien los dos y a él le salía bien la pelota”, desgrana Olaizola II, quien revela que “yo me siento bien. He ayudado y me sale la pelota con velocidad”. “Como pareja vamos para arriba y en línea ascendente. Quitando un par de semanas -en la sexta y la séptima jornada- en las que pasé problemas de salud y estuve sin fuerzas, me estoy encontrando bien, con confianza”, certifica. “Durante la semana ya veo con otra mentalidad a Álvaro, mejor. Si juega así, podré ayudarle”, desbroza Aimar.

Si bien es patente la mejoría en el estado de forma del dueto, la mentalidad del goizuetarra no difiere de la de hace quince días, mientras dormían en la parte más baja de la tabla aunque la igualdad dejaba a tiro de piedra a los de arriba. “Cada semana es una final. Todos los contrarios juegan mucho”, asevera. La primera de ellas, aunque apunta Aimar que es “otra”, será el viernes en el frontón Iparralde de Urduliz contra Bengoetxea VI-Larunbe. Los dos combinados de Asegarce se encuentran empatados a puntos. “El que pierda, tendrá opciones, pero hay que ir de fin de semana en fin de semana”, añade. Después, se despliegan en su horizonte Urrutikoetxea-Imaz, Ezkurdia-Merino II y Víctor-Albisu. Los tres rivales directos, ya que el de Zaratamo y el de Oiartzun, aunque alejados, disponen de posibilidades matemáticas aún. “Quitando a Iker Irribarria y Beñat Rezusta, veo a todas las parejas con opciones. Estamos con cinco puntos y estamos bien, pero tenemos que seguir trabajando”, remacha Olaizola II.

La realidad es que en las últimas dos semanas el bloque de Asegarce ha desatado el nudo en el que se encontraba después de no sumar desde el 2 de enero. El mes que queda pinta de forma distinta para Olaizola II y Untoria.