El paseo más rápido de Castillejo

El resto fue una cabalgada en solitario del cuatro veces olímpico hacia la meta del Boulevard, un paseo, muy rápido eso sí. El reloj decía a Castillejo que su ritmo figuraba siempre por debajo de los tres minutos por kilómetro. Así que el cálculo resultaba sencillo. “Si sigo así, bajo de una hora”. Apretó y apretó el catalán, que no pudo ponerle un 59 delante a su registro final, pero que sí logró un notable crono de 1h00:19, récord del nuevo circuito. La magnitud de la marca se verá reconocida en mayor medida con el paso de los años, porque tiene pinta de que pasará un tiempo hasta que alguien la supere.

La meteorología se convirtió ayer en un aliado para todos los atletas que miraban al crono, incluida Aroa Merino, la vencedora en categoría femenina. La circunstancia resulta curiosa, algo que se entiende en mayor medida viendo la estampa ofrecida por la lanzaroteña. No esperaba ganar. No esperaba un registro como el realizado (1h10:53). Pero se alió con el fresco y la fina lluvia, menos presente de lo esperado, para adjudicarse un éxito logrado en mallas y manga larga. “En mi tierra caen dos gotas y ya nos asustamos”.

jornada redonda La media de los últimos años era la que era. Dos de las tres ediciones anteriores de la Behobia se habían visto teñidas de luto. Así que el simple hecho de que esta crónica se vea iniciada por la competición pura y dura, por la vertiente deportiva del evento, ya supone una buena noticia. Ayudaron a ello las mencionadas condiciones climáticas, que no se anunciaban apocalípticas, pero sí peores de lo que finalmente resultaron. La lluvia mojó a los atletas, principalmente, antes de que tomaran la salida, a primera hora. La temperatura resultó perfecta, entre doce y catorce grados. Y el viento no se manifestó en exceso. Un cóctel, en definitiva, perfecto para quienes buscaban marcas y también para una organización que pudo vivir una Behobia relativamente tranquila.

En la retina solo quedan, por lo tanto las zancadas de unos corredores que escucharon el pistoletazo de salida para protagonizar un arranque muy rápido. Confesaba Carles Castillejo días antes de la prueba que no sabía cómo se iba a levantar ayer domingo. Si las sensaciones no eran buenas, tocaba olvidarse de la marca, contemporizar y centrarse en asegurar el triunfo una vez pasado el ecuador. Si amanecía sintiéndose mejor que todo eso, mientras, podía permitirse correr desde el arranque, buscando un buen crono que unir a la previsible victoria. A tenor de lo visto, sucedió esto segundo, porque la cabeza de carrera no tardó nada en verse reducida a un grupo de solo tres atletas.

El catalán marcaba el paso, y le seguían el mencionado Dias Rocha y Pedro Nimo. El gallego llevaba tiempo alejado de las grandes competiciones, pero se ha puesto de nuevo en marcha para preparar el maratón estadounidense de Los Ángeles, del próximo mes de marzo. Demostró en la Behobia que se encuentra en el buen camino, lo cual no fue óbice para que fuera el primero en ceder terreno. Antes de iniciar la subida a Gaintxurizketa ya se había descolgado, mientras que el portugués perdió contacto con Castillejo en pleno descenso a Errenteria, tras no poder responder a las peticiones de relevo del a la postre vencedor.

Este apretó siempre en pos de un crono por debajo de la hora, pero unos problemas leves en la ingle antes de subir Miracruz y el lógico cansancio frustraron su intento. La marca, en cualquier caso, ahí queda, igual que un podio completado por Dias y Nimo. El de Santiago de Compostela redujo muy poco a poco la distancia que le separaba del luso. Lo dio todo para atraparle, como demuestran sus síntomas de cansancio tras cruzar la línea de meta. Pero se quedó a solo ocho segundos.

merino, en féminas La prueba femenina de la Behobia suele disputarse, muchas veces, oculta entre la gran cantidad de atletas populares masculinos que corren junto a las mejores mujeres. Fue lo que sucedió ayer, ya que Aroa Merino enfiló el Boulevard sin saber que avanzaba en primer lugar. “Escuchaba al público decirme que iba en cabeza, pero pensaba que tenían que estar equivocados”. No lo estaban. La de Lanzarote, además, lideró la carrera desde un principio, como demuestran sus parciales. En el quinto kilómetro, ya aventajaba en trece segundos a Raquel Gómez, la ganadora del año pasado, y en 38 a la aragonesa Clara Simal, con la gallega Paula Mayobre descartada para el triunfo desde un inicio.

Merino consumió los parciales aumentando su ventaja respecto a las adversarias más cercanas, para concluir con un muy buen registro, por debajo de la 1h11 y casi dos minutos mejor que el de la segunda clasificada. Esta fue Clara Simal, quien corrió a un ritmo estable, siempre con Gómez en el punto de mira. En el quinto kilómetro la tenía a 25 segundos. En el ecuador de la prueba, mientras, su retraso era de 21. Y en el kilómetro 15, justo antes de enfilar la subida de Miracruz, ya se había situado a solo cuatro segundos. Al final le dio la vuelta a la tortilla y fue segunda con 20 segundos de renta, emulando así la prueba femenina a la masculina: en ambas la lucha por la segunda plaza resultó el factor más emocionante a nivel clasificatorio.

En cualquier caso, el rendimiento deportivo de los atletas resultó notable, y a ello se sumó una circunstancia más importante aún: la Behobia recuperó la normalidad. Sin malas noticias, sin viento sur, sin temperaturas por encima de los 25 grados. Agua, fresquito y buenas marcas. Esta vez sí, una fiesta completa.

Masculina

1. Carles Castillejo1h00:19

2. José Manuel Dias Rocha 1h02:21

3. Pedro Nimo1h02:29

4. Víctor Puyuelo1h03:15

5. Pablo Villalobos1h03:16

6. Pierre Urruty1h03:19

Femenina

1. Aroa Merino1h10:53

2. Clara Simal1h12:33

3. Raquel Gómez1h12:58

4. Mamen Ledesma1h15:19

5. Paula Mayobre1h15:56

6. Anna Pascual1h16:00