el mundo del deporte está repleto de historias de superación, con jóvenes y no tan jóvenes como protagonistas de auténticas hazañas bautizadas por el inquebrantable ardor guerrero de quienes compiten a diario por una mezcla de placer y necesidad, poniendo a prueba sus cuerpos y facultades para verse reforzados por fuera y por dentro. Son los casos de deportistas de la talla del jugador del RETAbet Bilbao Basket Javi Salgado (Bilbao, 1980), la futbolista del Athletic Eli Ibarra (Azkoitia, 1981), el ciclista del Trek Haimar Zubeldia (Usurbil, 1977), el pelotari de Aspe Abel Barriola (Leitza, 1978) y el remero de Urdaibai Eneko Van Horenbeke (Getxo, 1979). Deportistas que relatan sus experiencias a DNA.Javi Salgado
“Me encanta competir”
A sus 36 años y después de 414 partidos en la ACB, Javi Salgado aún tiene “ganas” y “energías” para dar el do de pecho en las canchas con el Bilbao Basket, equipo en el que creció como jugador y al que ha regresado seis años después de su salida rumbo al Gipuzkoa Basket. “Volver a casa en el final de mi carrera ha sido un regalo y me da una fuerza extra para continuar en esto”, confiesa el base de Santutxu, para quien resulta “básico” no perderse ningún entrenamiento, pues “si no consigo aguantar el ritmo de mis compañeros durante las sesiones, es difícil que pueda estar a un nivel adecuado en los partidos”.
Salgado, que no halla una clave “específica” para explicar su continuidad en la élite del baloncesto, señala que todo radica en “cuidarse bien, descansar todo lo necesario para recuperarse de los esfuerzos, tener unas rutinas bastante marcadas y, sobre todo, mucha ilusión por seguir entrenando y jugando”. De todo ello va sobrado el bilbaino, a quien le “encanta” competir y “hacer una buena jugada para que todo el mundo se venga arriba y esté contento por haber ganado. Son sensaciones que te enganchan como si fueran una droga”. Su retirada no se consumará mientras “me encuentre bien físicamente y tenga ilusión por entrenar todos los días”. Eli Ibarra
“El fútbol es mi pasión”
Eli Ibarra, nacida en Azkoitia en junio de 1981, puede congratularse por ser la única jugadora del Athletic que ha estado presente en los cinco títulos de liga del club bilbaino. “Pasan los años y cuando piensas en el pasado te das cuenta de todo”, remarca instantes antes de decir alto y claro que el fútbol es su “pasión”. Es precisamente su devoción por este deporte la que le da el impulso necesario para acudir a entrenarse cada día a Lezama. También el “apoyo” y el “seguimiento” de la afición rojiblanca. “Da alas”, confiesa Ibarra, que se siente “una privilegiada” por defender el escudo del Athletic quince temporadas y 403 partidos después de su llegada a la entidad bilbaina.
“Le metemos horas, pero merece la pena”, indica la centrocampista guipuzcoana, que probó de pequeña el balonmano y el baloncesto, aunque “tenía claro que quería jugar a fútbol”. Los obstáculos encontrados en el camino no la han separado de su mayor “hobby”. “Defender el escudo del Athletic es un sueño cumplido e intento disfrutar cada día”, afirma.
“Parece que es fácil, pero también tienes que formarte y trabajar por la diferencia que hay respecto al equipo masculino y la necesidad que tienes de ganarte la vida”, advierte. Aun así, Ibarra, que termina contrato en junio de 2017, confiesa sentir “vértigo” al pensar en el día siguiente a su retirada.Haimar Zubeldia
“El entorno tiene que ayudar”
No hay ciclista desconocedor del significado del sacrificio. Si el debut como profesional tuvo lugar además en 1998 en las filas de Euskaltel-Euskadi y militas a día de hoy en un equipo como el Trek-Segafredo, la exigencia para las piernas resulta máxima. Es el caso de Haimar Zubeldia, que a sus 39 años de edad y después de haber firmado notables actuaciones en las grandes vueltas, se niega a abandonar el ciclismo, del que se siente un enamorado.
“Lo más importante es que el deporte que practiques te guste al máximo y el entorno te ayude. Yo tengo familia y su apoyo es fundamental”, señala el de Usurbil, que admite que lo que peor lleva es “salir de casa, porque al cabo del año estamos mucho fuera y las niñas se dan cuenta de que te vas”.
Orgulloso por haber coincidido con “muchos campeones” y de haber cogido “algo” de todos ellos, Zubeldia se define a sí mismo como un “trabajador”. “No he conseguido grandes cosas, pero lo que he logrado ha sido a base de trabajo y constancia, lo cual me ha ayudado a tener una larga carrera deportiva”, subraya mientras marca como su nueva motivación la llegada de Alberto Contador al equipo. De cara a su futuro, señala que “piensas en ello y sabes que es uno de los últimos años que estás corriendo, pero yo quiero darlo todo hasta el último momento”. Abel Barriola
“La ilusión es el motor”
Abel Barriola es un auténtico referente en el mundo de la pelota, en el que aún se mantiene en pie al calor de la pasión por dicho deporte. “La ilusión es el motor de todo. Todos tenemos algo que nos mueve todas las emociones y para mí ha sido y continúa siendo la Pelota; me apasiona”, afirma el zaguero de Leitza. A sus 38 años, defiende que cuando un deportista como él se encuentra en la recta final de su carrera “es muy importante cuidarse y marcarse objetivos cercanos que sepas que puedes alcanzar, pero que a la vez resulten complicados para que te motiven de verdad”.
En el caso de Barriola, la motivación pasa por preparar con “mimo” cada partido y poder estar presente en el próximo Parejas, lo que supondría un “gran premio”. “Como veterano, lo más bonito para mí es poder jugar con los jóvenes. Viene una generación de pelotaris por la que siento admiración y lo mejor que puedes hacer por ellos es darlo todo en la cancha”, destaca el leitzarra, feliz por ser uno de los seis únicos pelotaris con las tres txapelas más importantes y al que nunca se le ha pasado por la cabeza dejar la pelota, pese al mal trago de 2011, cuando no le dejaron disputar la final del Parejas por una lesión.
Ahora solo piensa en “saborear el día a día. Mi retirada llegará, pero hasta entonces quiero disfrutar, porque cuando todo esto se acabe nada será lo mismo”.Eneko Van Horenbeke
“La victoria es mi ADN”
El instinto competitivo del getxotarra Eneko Van Horenbeke, nacido en 1979, marca el día a día y la insaciable sed de éxitos del cinco veces ganador de la Concha, que comenzó a labrar su figura de deportista desde bien pequeño. “Apenas sabía nadar y ya estaba haciendo natación con cuatro años”, señala el remero de Urdaibai, quien recuerda que “ahora llevo 23 años remando, por lo que no concibo la vida sin el deporte, porque es mi vida”.
Eneko, que se encuentra cerca de cumplir las 38 primaveras, admite que el paso de los años le obliga a cuidarse “siete veces más que cuando era joven” y que la clave radica en “ser muy persistente en todo, tanto en la dieta como en los entrenamientos, porque cuesta mucho más adelgazar y hay que ser más perseverante”. El vizcaíno, que no baraja la opción de remar en otro equipo que no sea Urdaibai, dado que “si sigo en traineras es para ganar y ampliar mi palmarés”, presenta en sus ganas de sumar nuevos éxitos una poderosa razón para no poner fin a una carrera marcada por los éxitos.
“La victoria es mi ADN y tengo el mismo hambre o más que cuando empecé a remar”, asegura el hombre que también ha impuesto su ley dos veces en El conquistador del fin del mundo y que manda un aviso: “Para seguir a un nivel tan alto con estas edades es imprescindible ser muy competitivo y tener incluso exceso de competitividad”.