Rafael Nadal no está siendo capaz en este 2015 de recuperar su mejor nivel después de una lesión que le hizo perderse prácticamente la mitad del pasado curso. Su inevitable declive -pese a que aún tiene 29 años y nunca se puede enterrar antes de tiempo a un jugador de su talla- ha dado pie recientemente a tres libros sobre su figura, escritos por periodistas con muchos años de experiencia en el tenis y que han seguido muy de cerca la carrera del jugador mallorquín desde su explosión, que suele situarse en la final de la Copa Davis de 2004, cuando fue capaz de derrotar al estadounidense Andy Roddick en la final que se jugaba en Sevilla. Más de una década ya de una carrera impresionante, que ha situado a Nadal entre los más grandes de la historia. Una carrera que no ha acabado, pero que ha consumido ya todos, o casi todos, sus grandes éxitos.
Eso, al menos, deja entrever la publicación casi simultánea de los tres citados libros: De Rafael a Nadal, de Ángel García Muñiz y Javier Méndez Vega; Sin Red, de Sebastián Fest; y Retrato de un mito, de Javier Martínez, una de las plumas tenísticas más brillantes y veteranas y que supone una entretenida e instructiva lectura sobre un jugador especial, que más allá de su calidad tenística, tiene en su preparación física, fortaleza mental y humildad unos valores que lo hacen aún más grande.
Javier Martínez analiza a fondo la figura de Nadal basándose en su propia experiencia -ha visto cientos de partidos del manacorí y lo ha entrevistado en varias ocasiones- y hablando con gente que ha estado alrededor del propio jugador como pueden ser jugadores o entrenadores, además de psicólogos o médicos que conocen bien tanto el deporte de elite como al propio Nadal.
Tratar de explicar la tremenda fortaleza mental que el exnúmero uno del mundo ha demostrado siempre en la cancha ocupa buena parte del libro. “Hasta que no se apaga la luz, está ahí. Y él nunca es el primero en apagarla”, comenta José Perlas, entrenador del argentino Guillermo Coria en 2005, cuando disputó una inolvidable final en Roma ante Nadal. Una épica batalla que duró cinco horas y catorce minutos y en la que el mallorquín se impuso cuando el sol ya se había ocultado. Fue una de las primeras muestras de su extrema competitividad, apenas unas semanas antes de estrenar su palmarés de grandes en Roland Garros.
Su rivalidad con Roger Federer merece también un amplio capítulo en Retrato de un mito. Un total de 33 duelos -por ahora-, de los que Nadal ha ganado 23. De todos estos triunfos, uno está por encima de los demás. El cosechado en la final de Wimbledon de 2008. Aprovecha el autor este éxito para recordar el empeño de Nadal en conquistar la catedral del tenis, lo que en su caso parecía improbable porque a su habitual triunfo en Roland Garros debía seguir una inmediata adaptación al pasto. Pocos confiaban en que tuviera éxito debido a las diferencias entre ambas superficies, pero él se empeñó. Para conseguirlo, entre otras cosas, se desplazaba a Londres apenas 24 horas después de ganar en París y, en ocasiones incluso sin descansar ni pasar por el hotel, iba directo a las pistas de entrenamiento para acostumbrarse lo antes posible a la hierba. La recompensa han sido dos títulos en Wimbledon.
Tras repasar el éxito en el All England Tennis Club -que repitió dos años después frente al checo Tomas Berdych-, vuelve Javier Martínez a referirse a la privilegiada cabeza de Nadal, y para ello habla con José Manuel Beirán, exdeportista y psicólogo, que destaca la “resiliencia” de Nadal, es decir, su capacidad para superar las dificultades. Deja también un par de detalles de su personalidad, como su “elevadísimo umbral de frustración” para reponerse de un mal punto y estar mentalizado para el siguiente, o el hecho de que vuelve a la cancha tras cada descanso “siempre corriendo y activado, nunca despacio y cabizbajo”. Lanza así a su rival una señal de que va a estar listo para la batalla.
las lesiones Un factor que ha marcado irremediablemente la carrera de Nadal son las lesiones, que le han obligado a parar en repetidas ocasiones y que en 2012, según el autor del libro, le hicieron plantearse seriamente la retirada del tenis profesional. Pero regresó a las pistas, y lo hizo a su mejor nivel, algo que no está consiguiendo en este 2015. Las rodillas y los pies son sus zonas del cuerpo más propensas a sufrir. Según el afamado traumatólogo Manuel Villanueva, resultan “impresionantes” los éxitos conseguidos por Nadal teniendo en cuenta que convive con una tendinopatía en sus rodillas, una lesión “que puede marcar la carrera de un deportista”. Su resistencia al dolor es poco habitual tal y como puede leerse en varios momentos de libro.
Resulta inevitable ligar los éxitos de Nadal al apoyo de su tío y entrenador, Toni, al que Javier Martínez define como un estoico en el banquillo. Un hombre con mucho sentido común y que ha sabido mantener tanto la humildad como el autocontrol de su pupilo. Por ejemplo, el ganador de catorce Grand Slam nunca estampa la raqueta contra el suelo tras un mal punto, algo muy habitual en casi todos los tenistas. Esa sencillez que pide a su sobrino se la aplica él mismo. “Si dijera lo mismo siendo entrenador del número 100 del mundo, nadie me haría caso”, dice cuando le preguntan por su condición de entrenador mediático.
El caso es que ha sabido moldear el tenis y la personalidad de un jugador único, que ahora no está a su mejor nivel pero que está marcando una época tanto por sus resultados como por su manera de lograrlos. Y todo ello está muy bien explicado en Retrato de un mito. Recomendable, y no solo para aficionados al tenis o a Rafa Nadal.
Correr hacia un sueño
Autor: Javier Martínez
Editorial: La Esfera de los Libros
299 páginas