Beñat Rezusta debutó casi como un rara avis. Un zaguero que se salía de las reglas establecidas, con un brillo especial en su izquierda, pero bastantes carencias en la derecha. El bergararra comenzó a ganar enteros gracias a su violenta pegada, con ese efecto único que solo los zurdos son capaces de darle. Un estilo diferente, propio y, sobre todo, efectivo. No pasaba lo mismo con su diestra. En sus primeros partidos, a la hora de golpear con esa mano los problemas se multiplicaban y los pelotaris rivales buscaban con frecuencia ese agujero en el guardaespaldas guipuzcoano. Las dudas surgieron y Rezusta trató de callarlas a base de trabajo. Pegar y pegar con la derecha para poder defenderse bien con ella. Así, el esfuerzo vino con recompensa y Beñat ha ido creciendo a pasos agigantados hasta convertirse en una de las referencias en los cuadros largos de Aspe. Un fijo en los torneos veraniegos y un claro aspirante a dominar desde atrás durante muchos años.

“Desde que debuté entreno de la misma manera. Un par de días frontón y otros dos de gimnasio. Al final es lo me gusta, hay gente que puede que el gimnasio no le guste, pero yo ahí también disfruto y si haces una cosa que te gusta, cuesta menos”, comenta Rezusta. Muchos de esos entrenamientos se han centrado en mejorar con la derecha, su gran déficit a la hora de saltar al ruedo profesional y con la que ahora se muestra seguro. Aun así, el bergararra confía en poder dar otro paso más: “He mejorado, pero todavía me cuesta. En los entrenamientos me encuentro cómodo y en los partidos, no sé si por miedo o falta de confianza, no entró de la misma manera y fallo más. Sé que estoy trabajando bien y a la hora de jugar ya irá saliendo”.

La escalada de Rezusta hasta la cima de los zagueros ha sido constante. Siempre hacia arriba y a toda velocidad. El bajón de varios hombres punteros de la empresa y las lesiones han convertido al bergararra en una de las principales referencias de Aspe en los cuadros largos. Sin embargo, el zaguero guipuzcoano quedó más impresionado con sus primeros meses, que con la situación actual que goza: “Lo más rápido fue al principio. Nada más debutar me pusieron dos partidos buenos y no me lo esperaba. Poco a poco me he ido adaptando al material y al ritmo de juego”. A pesar de todo, Rezusta no se ve como una de las estrellas, mantiene los pies en el suelo y apuesta por mantener la cautela pese a que cada vez que salen los participantes en los torneos y en los campeonatos, su nombre sea uno de los fijos. “A mí me toca jugar los partidos que me pongan y sé perfectamente que hay zagueros que son mejores que yo. Antes parecía que estábamos de sobra y ahora estamos un poco más justos. Lo que tengo que hacer es hacerlo lo mejor posible y la empresa será la que decida en que sitio estoy o que tipo de zaguero soy”, añade.

La blanca El próximo gran compromiso de Rezusta es el Torneo de La Blanca, que comienza el 5 de agosto. Una cita a la que llega con unas pequeñas dudas debido a “una pelota que me entró en un entrenamiento”, aun así espera recuperarse a tiempo e incluso estar disponible este viernes para el partido que tiene programado en Azpeitia. “Me hace ilusión jugar partidos de nivel y si son torneos todavía más. A ver si puedo recuperar bien la mano y luchar por entrar en la final con Juan Martínez de Irujo”, cuenta el guardaespaldas de Bergara, que será una de las atracciones de la feria de Gasteiz y uno de los favoritos a hacerse con el entorchado.