parís - La sonrisa de Nairo Quintana es eterna. Superadas las 21 curvas de Alpe d’Huez, sabedor de que se le escapaba el Tour por poco más de un minuto, el tiempo que perdió, por ejemplo, camino de Zelande en la primera etapa en línea, sonreía, celebraba su segunda posición en la jornada tras Pinot mientras hacía un gesto a la cámara. Se gustó el colombiano, 25 años tan solo, todo un futuro por delante, a pesar de había perdido la que hasta la fecha era su mejor oportunidad de ganar la ronda gala. Sin una gran contrarreloj individual y con nueve finales en alto, el que por muchos es considerado como el mejor escalador del pelotón, se ha tenido que conformar con la segunda posición final. Cuestionable puede ser también la estrategia del equipo de Eusebio Unzue en las últimas etapas, en las que el Sky se defendió con uñas y dientes ante los ataques del colombiano, Alejandro Valverde, Alberto Contador y Vincenzo Nibali. Pero lo hecho, hecho está. Ya es tarde para lamentos.

Tampoco parece que Nairo haya querido darle excesivas vueltas al asunto, pero tras su exhibición en Alpe d’Huez el sábado, donde hizo sufrir de lo lindo a Froome, es probable que en su fuero interno le haya quedado un cierto regusto amargo. Todo lo contrario que a su compañero, el siempre combativo Valverde, un ciclista todoterreno. Sus lágrimas del sábado, daban buena cuenta de la gesta que había logrado a sus 35 años de edad: alcanzar el podio de París.

El murciano, que debutó hace diez años en el Tour, logrando una victoria de etapa, aunque después se vería obligado a abandonar, nunca antes había logrado un resultado de tal calibre. Curiosamente, su tercera posición final ha llegado cuando su labor era la de ayudar a Nairo. En la edición de 2014, asumió galones de líder de equipo, pero no pudo pasar del cuarto puesto en una carrera que quedó marcada por los prematuros abandonos de Froome y Contador y en la que asombraron por su rendimiento los franceses Peraud y Pinot, que secundaron a Nibali en el podio final.

El gran rendimiento de las dos principales estrellas del conjunto Movistar ha sido redondeado con el triunfo por equipos de la escuadra telefónica. Una forma de contrarrestar la falta de triunfos parciales de un bloque en el que han competido tres vascos: Jonathan Castroviejo (24º en la general), Gorka Izagirre (32º) e Imanol Erviti (115º).