LONDRES - Trató de contener las lágrimas, pero al final rompió a llorar mientras todo el público de la Centre Court de Wimbledon y quien la había vencido le dedicaban una sincera ovación. Garbiñe Muguruza había perdido su primera final de Grand Slam y sentía esa mezcla de rabia por la derrota y de orgullo por haber dado lo mejor de sí misma. Pero quien abrazaba el plato más grande fue Serena Williams, una de las mejores tenistas de todos los tiempos al que le queda poco para ser la mejor. Un triunfo de la vasco-venezolana habría sido uno de los mayores hitos de la historia del tenis. La estadounidense solo había perdido uno de los 39 partidos que había jugado hasta ayer en 2015 y no fue a perder uno de los más importantes, el que le llevó a lograr a punto de cumplir 34 años su segundo ‘Serena Slam’, el encadenamiento de los cuatro Grand Slams seguidos. El anterior entre Roland Garros de 2003 y Australia en 2003.

Si se impone en septiembre en el Abierto de Estados Unidos, Williams habrá imitado a Maureen Connolly, Margaret Court y Steffi Graf como ganadora de los cuatro grandes el mismo año. La alemana es la única que lo ha logrado en la era Open. Y, precisamente, Graf queda a uno de los 21 Grand Slams de la tenista de Florida, una leyenda ante la que Garbiñe Muguruza se batió como una campeona, una condición que quizás adquiera en el futuro. Probablemente, la de Caracas pensaría en todo eso cuando, al fin, asomó una sonrisa en su boca en el turno de parlamentos.

inicio para soñar Nada tenía que lamentar después de haber mandado por 4-2 en el primer set y de haberse colocado con 5-4 y servicio en el segundo tras haberle roto el saque a Serena Williams en dos ocasiones consecutivas cuando la estadounidense servía para ganar. Entre medias, Muguruza sufrió el vendaval que es su rival cuando toma la iniciativa, que suele ser casi siempre. Seis juegos tardó Serena en ajustar su juego y encontrar las debilidades de la vasco-venezolana, que llegaron cuando debía golpear de derecha.

Con su poderoso servicio, que llegó a rozar los 200 km/h., y apretando cuando le tocaba restar, pese a que Muguruza estaba sacando con un alto porcentaje de efectividad, la campeona empezó a sumar puntos a velocidad de vértigo para colocar la final donde se esperaba. La debutante sufrió la misma crisis que ante Radwanska, pero esta vez no contaba con ventaja en el marcador y, de repente, vio escaparse el primer set lo que convertía en una heroicidad llevarse el título. Garbiñe Muguruza se vino abajo porque todo lo que pasaba estaba en manos de Williams, que acumulaba golpes ganadores sin capacidad de respuesta.

Serena Williams estaba lanzada tras haber superado su peor momento y su rival acusaba la presión del momento, la cercanía de la derrota. Pero con 5-1 en contra, la pupila de Alejo Mancisidor se reencontró, dijo que de perdida al río y decidió darse un rato más para disfrutar de la final, para no entregarla sin luchar. Se apuntó tres juegos seguidos, dos de ellos al resto, y salvó incluso una bola de partido mientras el público gozaba con intercambios de gran nivel. Pero, cuando Muguruza sacaba para igualar el set, el tiovivo mental que fue la final acabó por ser determinante. La estadounidense respiró profundo y se dispuso a restar con la convicción de que no podía dejar que su joven rival fuera más allá.

En ese momento de máxima tensión, la experiencia pudo más que la ilusión de la primera vez. Garbiñe Muguruza, que tuvo que procesar demasiadas emociones en pocos días, perdió en blanco ese último servicio porque ayer no le tocaba aún, pero le tocará. “No estés triste. Pronto tendrás este trofeo en tus manos”, le dijo Serena Williams, la leyenda que rompió el sueño. Las campeonas no perdonan. “Ante Serena una tiene muy pocas oportunidades. Todo te tiene que ir rodado. En una milésima de duda ella te fulmina”, resumió Garbiñe, que cerró su concurso en Wimbledon “sin nada que reprocharme porque luché todo lo que pude, competí y di lo máximo”. El futuro solo puede ofrecerle cosas buenas, pero la subcampeona prefirió ser cauta: “Nunca sabes cuántas oportunidades más vas a tener de estar en una final, pero si pudiera elegir perder contra una, ella sería Serena”.

final masculina La emoción volverá a la Centre Court de Wimbledon hoy a partir de las 15.00 horas (Canal+) con la final entre Djokovic y Federer. Será la repetición de la del año pasado que se llevó el serbio tras cinco sets de altísimo nivel. El suizo, de la misma edad que Serena Williams, puede hacer historia si consigue su octavo título ante un enemigo, casi literal, que quiere sacarse la espina de su derrota en Roland Garros.

Duración: 1 horas y 24 minutos.

WILLIAMSMUGURUZA

54%Primer servicio70%

12Puntos directos de saque3

8Dobles faltas2

15Errores no forzados9

78%Puntos ganados primer servicio53%

35%Puntos ganados segundo servicio33%

29Puntos ganadores10

52%Puntos ganados al resto41%

5/8Roturas conseguidas3/10

7/9Puntos en la red6/8

198Servicio más rápido (Km/h)175

182Media primer servicio (Km/h)166

151Media segundo servicio (Km/h)143

72Puntos totales57