vitoria - Por segunda temporada consecutiva, la plantilla del Aurrera de fútbol sala volverá a poner dinero de su bolsillo para poder competir el año que viene en la categoría de Segunda B, la tercera más importante en el escalafón nacional. Si hace un año todos los integrantes de la plantilla rojilla tuvieron que desembolsar 800 euros para asegurar la plaza que daba derecho a jugar en dicha categoría después de haber conseguido el ascenso desde la tercera División, esta vez los jugadores han puesto 600 euros, suficientes en cualquier caso para garantizar el pago de los 15.500 euros que cuesta la plaza. Con la excepción de los dos jugadores que la próxima campaña no continuarán en la disciplina del club de Olaranbe -uno de ellos es Marcos, revelación el pasado curso con 23 goles anotados y que ha firmado recientemente por el Concepto de Elgoibar que dirige el vitoriano José Julio Arregui-, los restantes trece, cuerpo técnico incluido, sí han querido comprometerse otra vez con la causa para evitar que lo que consiguieron en las canchas no se fuera al traste por culpa de un asunto de despachos y patrocinadores. “Están todos muy locos”, reconocía ayer a este diario Javier Corral, director técnico del equipo. “Al principio sí es cierto que había alguna duda entre algún jugador porque son jóvenes, estudiantes la mayoría y es un dinero importante, pero todas se fueron disolviendo cuando entre ellos mismos hablaron sobre la posibilidad de volver a salir este año poniendo de su propio bolsillo. A los que más dudas tenían les fueron convenciendo sus propios compañeros porque no había más opciones. O pagábamos o desaparecíamos”, añade Corral. La ilusión y las ganas se impusieron a la crisis y los miedos, y así, el pasado viernes, dos días antes de que expirara el plazo, el club depositó en la Federación Española el dinero para garantizarse una plaza el año que viene entre los mejores de la Segunda B. De esa forma, con el salvoconducto en la mano y otros 7.500 euros como remanente para el pago de las fichas, las mutualidades, los arbitrajes y, sobre todo, los desplazamientos (este año se llevarán a cabo en los coches particulares de los jugadores), solo resta saber en qué grupo quedarán encuadrados la próxima temporada los hombres de Manu Melgar, que continúa al frente del plantel. Un equipo que prácticamente es el mismo que antes del verano logró con muchísimo mérito la permanencia en una categoría semiprofesional donde llegaron a enfrentarse a conjuntos y jugadores con sueldos mensuales cercanos a los 500 euros. A los trece jugadores confirmados en estos momentos por el Aurrera -recordar que ninguno cobra- se unirán dos más en los próximos días.

Con la segunda resurrección del conjunto rojillo, el fútbol sala alavés volverá a contar el año que viene con dos equipos en la categoría de bronce del panorama nacional una vez que el Labastida Rioja Alavesa, que cuenta con un patrocinador fiable, también estará en la parrilla de salida el próximo mes de septiembre.