Arrate - En la Gran Vía, el día de la escalofriante caída que asustó a la Vuelta al País Vasco, -ayer fue operado con éxito Sergio Pardilla de la fractura de la muñeca izquierda, una de las fracturas que padeció además del neumotorax el ciclista del Caja Rural, que evoluciona favorablemente-, a Michael Matthews, ganador, le discutió el triunfo el incontenible Kwiatkowski (Etixx) e Ilnur Zakarin (15 de septiembre de 1989, Náberezhnye Chelny, Tartaristán). “No es un esprinter”, dijo de él José Azevedo, director del Katusha, escuadra en la que milita el corredor, cuando alguien preguntó sobre ese corredor longuilíneo: 1,87 metros y 68 kilos. Zakarin, campeón de Rusia contrarreloj en 2013 -anteriormente fue campeón de Europa en 2007, cuando pertenecía a la estructura de RusVelo, se reveló en Argentina, en el Tour de San Luis. Zakarin fue décimo en la general final de la cita suramericana, donde dio un paso al frente. Así lo recogen las declaraciones que realizó a la web del equipo. “Es un placer descubrir que estoy preparado para dar otro paso en mi carrera deportiva”. Aquella competición confirmó al ciclista tártaro, sancionado dos años en 2009 por el uso de un anabolizantes para la ganancia muscular.
Profesional desde 2012, en Usartza dio un formidable estirón que soliviantó la ascensión. Ilnur Zakarin envidó al grupeto de favoritos con un ataque duro y sostenido que agitó el avispero. El ciclista del Katusha fue el trampolín que empleó después el líder, Sergio Henao para acogotar a Nairo Quintana. Ilnur, en solitario, tomó una renta próxima a los 10 segundos y obligó a Henao a defender el liderato. Zakarin demostró en La Antigua que está muy metido en carrera. Es sexto en la general con una retraso de apenas 10 segundos respecto a los tres favoritos: Henao, Purito y Quintana que coronan la tabla de tiempos. Si La Antigua es un muro, Usartza es una subida más tendida, aunque más larga. En ambos terrenos demostró Zakarin sus virtudes, a diez segundos de los mejores. Hoy, en Aia, que emparenta su perfil con el de La Antigua, Zakarin tiene otra oportunidad y el Katusha dos cartas: la de Purito y la de Ilnur el tártaro.