madrid - La dureza de este Dakar no está teniendo piedad con nadie, ni con los gallos de carrera. La cambiante meteorología, los recorridos maratonianos, la propia exigencia de la prueba... todo ello no para de hacer mella en las mecánicas y en los pilotos. Los abandonos no paran de sucederse. Eso ha provocado, que Nasser Al-Attiyah y Marc Coma, carentes de rivales, se hayan encontrado con la victoria servida en bandeja de plata. El príncipe catarí dejó claro su dominio desde el día inicial y ayer volvió a finalizar en primera posición. Mientras, el catalán de KTM se quedó sin rivales reales después de la sanción impuesta ayer a Paulo Gonçalves debido al cambio de motor. El que sigue sobreviviendo a todos los incidentes y asciendiendo posiciones es Txomin Arana. El piloto de Bizkaia bajó un poco su espectacular nivel mostrado hasta ahora en la etapa entre Cachi y Termas de Río Hondo, pero, a pesar de eso y beneficiado por las penalizaciones del día, consiguió colarse entre los quince mejores pilotos de la clasificación. La segunda maratón de este Dakar volvió a descartar a varios pilotos de la categoría de motos.

Si en la primera se quedó sin opciones Joan Barreda, ayer fue el turno de Gonçalves. A la llegada al campamento de Cachi, el castellonense le cedió, el miércoles por la noche, su motor al portugués, mientras que el chileno Jeremías Israel, que abandonó, le tuvo que dar el suyo a la primera espada de Honda. Unos cambios que conllevaron quince minutos de sanción para cada piloto, ampliando la ventaja de Coma hasta la veintena de minutos. Arana también sufrió durante el recorrido entre Cachi y Río Hondo. Un desfallecimiento de su freno trasero le hizo ralentizar el ritmo y eso permitió que varios pilotos le superaran. Una avería que solamente duró durante la primera mitad del recorrido. Con la moto al cien por cien, el vizcaíno tiró a tope y pudo recuperar posiciones hasta llegar en un buen 23º puesto en la etapa.

El principal rival de Arana para mantener el top 15 en la general no es otro que el mismísimo Barreda, ganador de la etapa de ayer y uno de los favoritos a llevarse el título final. El reto no será sencillo, el rival probablemente sea el más complicado, pero Txomin ha demostrado que puede superar todas sus metas y venderá muy caro su puesto pese a los intentos de los numerosos pilotos que tratarán de conseguir el honor de terminar entre los quince mejores del Dakar. Asimismo, en coches, Al-Attiyah sigue sin la intención de levantar el pie del acelerador. El piloto de Mini se ha beneficiado del abandono de sus principales rivales como Nani Roma o Carlos Sainz, pero aún con todos los pilotos a su mejor nivel, hubiese sido muy difícil alcanzar al catarí. Dictador voraz y dispuesto a ganar el Dakar a lo grande, sin especular y siempre al ataque.