Etxebarri - “Yo le llamo La Bestia”, dice, críptico, Oinatz Bengoetxea, refiriéndose a Joseba Ezkurdia, un delantero de raza, con un andamiaje de más de 1,90 y una fortaleza física inmensa. Su volea es dinamita. Puro fuego. Un volcán. Un rifle. “Tiene una fuerza enorme”, reflexiona el delantero leitzarra. Duelo de estilos en un punto cumbre: el todo o la nada. No quedan colchones ni redes bajo el cable del equilibrista. Matar o morir. El frontón de Etxebarri marcará mañana, como el Labrit de Iruñea con el duelo entre Martínez de Irujo y Retegi Bi, el devenir de sus caminos en el Cuatro y Medio. No hay margen de error. Y Bengoetxea se mide a un gigante de potencia extrema. El día de La Bestia. “Hay que moverle, incomodarle. Será lo mismo que intentará hacer conmigo, que no esté yo cómodo. El que tenga la batuta del partido tendrá gran parte hecho”, confiesa el leitzarra, quien analiza que, contra el voleísta de Arbizu, “si él está cómodo en dos voleones te hace mucho daño. Tiene esa fuerza bruta que rompe en un pelotazo el tanto. Voy a tener que estar muy rápido, defender y trabajar para ganar. Quizás a simple vista parece que le cuesta moverse, pero es muy rápido y ágil a pesar de la fuerza que tiene”. Hay dos opciones: “o le muevo yo o me mueve él”. Bengoetxea prefiere la primera. “Ahora los dos partidos que me quedan hay que ganarlos. Solo pienso en este, que es crucial, y lo daremos todo”, manifiesta el puntillero de Asegarce.
Y es que, la derrota contra Aimar Olaizola implica ganar o ganar en Etxebarri. Lo mismo le pasa a Joseba. Aun así, el leitzarra explica que, a pesar de caer, ”me quedé con buenas sensaciones, aunque me quedó cierta pena por haber perdido. Después de una lesión como la que tuve, jugar así es positivo”. Siempre recorría una incógnita el rostro de Bengoetxea, quien desde los últimos compases del Parejas no había vuelto a saborear campeonato oficial. “No sabía cómo iba a estar. Entrenando me veía bien, pero al final el partido es otra cosa y la modalidad del Cuatro y Medio es la más exigente físicamente, ahí tenía la incertidumbre de cómo iba a encontrarme y me encontré bien. Estuve a gusto en la cancha, quizás se me hizo pesado al final, pero aguanté bien mentalmente y creo que estoy casi al mismo tono que antes de la lesión”, reflexiona el manista.
descontento de Ezkurdia “Las pelotas son de cuero rápido, difíciles de controlar y en el suelo andan mucho. No me han gustado. Cuando yo saqué el material para la primera eliminatoria se dijo que era demasiado. Sí que me molestaron las críticas que se hicieron al material del partido ante Aritz Lasa. Eran pelotas fuertes pero del tanto quince en adelante cogieron bote”, confesó ayer en Etxebarri el de Arbizu, que se decantó por pelotas de 105,6 y 106 gramos, algo más “toscas” que las de Bengoetxea, que las prefirió de 105,3 y 104,8.