da lo mismo el momento que atraviesen. Ni las bajas con las que puedan contar. Desde hace ya muchos años, el Unicaja-Baskonia es un clásico del baloncesto nacional y hay una gran rivalidad por demostrar año tras año quién es la alternativa más seria a los equipos con sección de futbol. A este binomio se le ha unido el Valencia, que esta temporada figura un pasito por delante de los dos. Lo que pasa es que al Valencia todavía le falta un gran título para considerarlo como una alternativa de poder. El proyecto baskonista casi siempre ha ido por delante del proyecto cajista, con la excepción de los años 2005 y 2006, donde de la mano de Scariolo fueron capaces de ganar la ACB y la Copa y saldar de una vez por todas una cuenta histórica con el famoso tiro de Ansley que no entró. En esta ocasión, la victoria del Unicaja se fraguó más fácil de lo previsible. De todas las maneras, sus enfrentamientos de esta temporada siempre han tenido un claro ganador. Quitando el partido liguera de ida jugado en Vitoria y que fue igualado, el resto de enfrentamientos han sido bastante desnivelados. Al Baskonia lo sacaron de la pista a base de una mayor intensidad; del dominio del rebote en ambos tableros; de la dificultad por meter balones interiores con una defensa de anticipación muy agresiva. Todo ello redondeado con unos porcentajes de tiro buenos. El Unicaja fue mejor de principio a fin. El equipo de Scariolo no dio una buena imagen en esta ocasión. Seguro que los malagueños recordarán la victoria del Laboral Kutxa en la Euroliga, donde las tornas estuvieron totalmente cambiadas. Quitando a Toolson, que dejó muy a las claras su carencias defensivas, el resto de jugadores cajistas rayaron a un gran nivel defensivo. Suarez no dejó moverse a Nocioni, y mira que eso no es fácil. Stimac, con su lucha, entrega y compromiso, fue capaz de dominar a todos los pívots vitorianos. Las faltas de Pleiss tampoco ayudaron en exceso al Laboral Kutxa, ya que el poste alemán es pieza clave tanto en el entramado defensivo como ofensivo. Su paso por el banquillo suele provocar una falta de continuidad en el rendimiento del equipo. Con esta derrota el Laboral Kutxa ya está muy lejos de la cuarta plaza. A la derrota, hay que sumarle el average por lo que meterse en play off, sea el puesto que sea, ya lo podremos considerar como un éxito. Si todo va normal, el Baskonia se va a jugar las alubias con el CAI, Cajasol y Joventut para acceder a las tres últimas plazas que dan acceso a la pelea por el título. Con sevillanos y catalanes, tiene el average ganado. Y con el CAI, de momento, una victoria en casa a la espera de la vuelta. El equipo sigue demostrando irregularidad, mezclando grandes actuaciones que te hacen soñar con mayores logros con otros partidos donde a las primeras de cambio pierden la capacidad de ser competitivos. Esa irregularidad viene dada posiblemente por la juventud de la plantilla. En partidos como el del domingo se ve a un equipo sin capacidad de respuesta a las propuestas del contrario cuando éste está acertado y ha dado con la tecla correcta.
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