vitoria. Alejadas de cualquier rigor científico, las rachas en el mundo del fútbol son palabras mayores. Una cuestión muchas veces psicológica que a menudo se ceba con los delanteros cuando no logran ver meta, y otras con los propios porteros precisamente por lo contrario, encajar en demasía. El caso es que gran parte de su éxito o fracaso se mide y sustenta en algo tan poco riguroso en el ámbito profesional como las rachas. Pero ahí radica la singularidad del fútbol, que también tiende a escudarse en este axioma cuando se trata de abordar las bajas por lesión. De ello puede hablar con conocimiento de causa Josean Querejeta, al menos en lo que va de temporada. Tanto en el Baskonia como en el Deportivo Alavés, el rosario de lesiones está minando el potencial de ambas escuadras, hasta el punto de haber saltado ya alguna que otra alarma en los servicios médicos del equipo de fútbol, donde el diagnóstico de algún afectado como Gorka Laborda -con un esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda tras el partido de Copa ante el Real Zaragoza el pasado 10 de septiembre- está siendo revisado con "preocupación" a la espera de dar con el tratamiento adecuado que le permita regresar a los terrenos de juego lo antes posible. Un hecho que según ha podido saber este diario no se producirá antes de dos semanas.
Lamentablemente para los intereses del Alavés, la baja del delantero no es la única. Su caso se une al de Unai Medina, Ion Vélez y Pepe Mora, a los que ayer se sumó Iván Crespo, el meta suplente, que no se entrenó junto al resto de integrantes al tener inflamada su rodilla. El guardameta, al igual que el resto de compañeros tocados, se limitó a ejercitarse en el gimnasio de la ciudad deportiva a la espera de poder estar listo para el duelo del sábado en La Romareda. De no llegar a tiempo sería Jorge Mediavilla, portero del filial, quien completase la convocatoria.
se necesita el bloque No se trata el tema de la enfermería albiazul de un asunto menor. Preocupa y mucho a todo el cuerpo técnico, habida cuenta de que gran parte de los objetivos marcados para la presente temporada dependen del bloque. De un conjunto sólido donde el grupo prime por encima de los intereses individuales. Y esto pasa por disponer del plantel completo el mayor número de jornadas posibles. Ayer, de momento, Natxo González tuvo que planificar el entrenamiento con cinco bajas, una circunstancia que podría variar a lo largo de la semana.
Cuestiones médicas al margen, los jugadores confían en hacer un buen partido en La Romareda. Luciano lo resumió así tras el entrenamiento: "Siempre hemos dado la cara y hemos estado en todos los partidos con opciones de ganar, y eso dice mucho del equipo, que es humilde y trabajador, y eso es lo que nos gusta. Sabemos que haciéndolo así, los resultados llegarán".