cesta punta el protagonista
Diego Beaskoetxea posa con la txapela que conquistó junto a Irastorza. Foto: david de haro
La txapela de la revolución
Diego Beaskoetxea y Eric Irastorza pasan de apartados a campeones del Parejas
Igor g. Vico
Fue su voz la que abrió una brecha en el sistema de la cesta punta. Una frase de Diego Beaskoetxea en una entrevista fue la mecha que revolucionó Ijapa para movilizarse hacia algo distinto, algo que no habita ni en Hegoalde ni en Iparralde, para que la temporada de verano en Euskadi no fuera el chocolate del loro, para que existiera otra cosa: un circuito global.
"Si de verdad trabajan por la cesta punta, deberíamos sentarnos todos y empezar a arreglar este deporte de una vez por todas". Era su voz. Ya el curso pasado, con el monopolio deportivo de Jai Alive para los campeonatos del mundo organizados por el Consejo Mundial de pelota vasca, el gernikarra y Eric Irastorza se vieron perjudicados por encontrarse fuera de la operadora y no pudieron entrar ni en el Parejas ni en el Individual.
Un año después la historia es distinta. Unidos como símbolos de la posible revolución puntista, Diego y Eric fueron llamados para entrar en el Parejas como agentes libres, contratados por la operadora guipuzcoana solo para los partidos que disputaran, dos como máximo. Y las navajas del tiempo, que casualmente esperan en cada callejón de la vida, les brindaron la oportunidad de obtener su vendetta particular, su txapela: la de la insurgencia, la del cambio. "Nos da un poco la razón a aquellas preguntas que nos hacíamos desde hace tiempo, porque en un Mundial tienen que estar los mejores. No obstante, aunque se ha dado un paso, para este torneo han faltado Goiko, López, Duke... Estamos parecido. Lo bonito sería que jugáramos todos", concreta el gernikarra.
Fue Eric Irastorza un titán el pasado viernes en el Jostaldi de Hondarribia, cancha complicada para los intereses del zaguero de Bidarte -un coloso de casi dos metros y espalda infinita- y el pizpireto delantero de Gernika. Apoyados en su vitola de destacados en el panorama estadounidense del Jai Alai, la contracancha hondarribiarra era su cizalla: ancha, demasiado, para que Beaskoetxea no pudiera reinar. Pero el de Iparralde firmó un duelo para enmarcar. "El frontón era nuestro mayor miedo. Éramos conscientes de que teníamos oportunidades de ganar, pero jugábamos en su frontón y para mí es incómodo. No puedes echar el dos paredes porque siempre te la cogen al tener espacio para llegar. Otro frontón, como el de Gernika, se acerca más a mis características y a las de Eric", confiesa Beaskoetxea. Sin embargo, desde el inicio la elección estaba hecha: el Jostaldi. Diego, aficionado a cortar el juego, a buscar el remate, a cambiar el paso con el vaivén de la oportunidad, tuvo que entrar en el juego de Mikel Egiguren y Gotzon Enbil -físicamente a un nivel altísimo- y cargar atrás, porque no había más opción. Una huida hacia adelante. "Fue un partido duro, largo y muy físico; además, el calor era asfixiante. Ellos jugaron muy bien, pero Irastorza jugó mucho", concreta el delantero vizcaíno, anudándose la txapela entre los dedos, que una vez ganada recorrió Gernika hasta la "casa de los padres". Gonzalo, su aita, responsable de la escuela gernikarra y expuntista destacado, la guardará.
Además, después de todo el curso jugando quinielas y apenas cuatro partidos con Master Pro Tour a sets, la pareja no estaba acostumbrada a un duelo de tanto rigor físico. "Aun así, pudimos coger una ventajita y la hicimos buena para alcanzar la txapela con un igualado 31-35. Al final, fue más de hora y media destinados los cuatro pelotaris a hacer buena. Una paliza", confirma Diego. La presencia de Irastorza fue fundamental. El de Bidarte ha sido ya campeón del mundo y desde hace muchos años es uno de los zagueros más destacados a nivel mundial. "Sabíamos que podíamos hacer nuestro juego y que sumamos mucho como dúo, pero la cancha era fundamental. Eric hizo un partidazo, se crece siempre en las finales y él llevó el peso de la final", sentencia Diego.
el futuro, un circuito "Hay mucha gente implicada y trabajando por encontrar un camino distinto, un circuito mundial de cesta punta, así que espero que el año que viene sea un poco distinto", cuenta el delantero de Gernika, quien confirma que hay conversaciones con las Federaciones para establecer un nuevo sistema "más parecido al del tenis y otros deportes". No en vano, las novedades se gestan desde Gernika, donde se reunieron hace apenas dos semanas agentes de la cesta para evaluar la situación y tratar de revitalizarla. "Hemos hablado con las ciudades interesadas, con las Federaciones, con el Gobierno Vasco y queremos trabajar entre todos para construir un nuevo modelo", analiza.
Así, el circuito consistiría en visitar las ciudades puntistas más importantes del mundo con un abanico de torneos "al que los pelotaris accederán por ranking, desde Florida a Iparralde, Hegoalde, México...". Esa ambiciosa iniciativa tendrá que esperar, aunque sus ilusiones están puestas en ella. Por ahora, a Diego le toca disfrutar de un Parejas ganado a contrapelo y con una final agónica. De estar sin oportunidad, a campeón. Como Irastorza. Son las txapelas de la revolución.
"Sabíamos que teníamos oportunidades de ganar, pero jugábamos en su frontón y para mí es incómodo"
"El futuro pasa por un circuito mundial de cesta punta y estamos trabajando en ello"
Diego Beaskoetxea
Puntista