Saint-Amand-Montrond. El líder de la carrera tiró ayer de los tópicos. Chris Froome, que cedió más de un minuto con respecto a sus seguidores, aseguró que la etapa demuestra que en el Tour "no hay etapas de transición". "Saxo ha hecho una gran carrera y también el Omega de Cavendish. Está claro que el Tour no se acaba hasta que se llega a París", afirmó el ciclista del Sky.

"Era un día muy difícil, con el viento, hay muchos nervios estos días, espero que la cosa sea diferente el domingo en el Mont Ventoux", aseveró Froome, que reconoció que echó de menos a su compañero Edvald Boasson Hagen, que se retiró tras haber sufrido una caída la víspera: "Nos hubiera venido muy bien en una etapa como la de hoy".

Froome destacó que ahora su principal rival es el holandés Bauke Mollema, segundo de la general, aunque advirtió de que Contador no está lejos: "Pese al tiempo perdido, puedo estar satisfecho de que todavía tengo ventaja, pero es cierto que en la montaña tendremos que estar concentrados".