SPARTAK MOSCÚ: Dykan, Insaurralde, Suchy, Makeev, K. Kombarov (Min. 63, Welliton), Carioca (Min. 75, Bryzgalov), Källström, D. Kombarov, Jurado, Ari y Emenike (Min. 63, Ananidze).

BARCELONA: Valdés, Alba (Min. 87, Montoya), Alves, Piqué, Mascherano, Busquets, Xavi (Min. 81, Song), Iniesta, Cesc, Pedro (Min. 84, Deulofeu) y Messi.

Goles: 0-1: Min. 16; Dani Alves. 0-2: Min. 26; Messi. 0-3: Min. 38; Messi.

Árbitro: Ivan Bebek (Croacia). Amonestó a Pedro (Min. 35), Carioca (Min. 63), Mascherano (Min. 89) y Kallstrom (Min. 91).

Incidencias: Estadio de Luzhniki. Dos grados bajo cero de temperatura. Césped artificial en buen estado. Unos 70.000 espectadores.

En aquella Alemania de los setenta físicamente tan arcaica campaba a sus anchas Piernas de oro, el típico jugador de pelos largos y patillas de hacha, paticorto, rechoncho, pero implacable, Gerd Müller, ávido en los espacios cortos y que celebraba los goles con hastío e indiferencia, parte de su rutina, aunque a la postre el mejor dinamitero de redes de todos los tiempos. No en vano, en su zurrón anida el récord de dianas en un año natural, 85 en aquel lejano 1972. Le queda poco. Un extraterrestre de la era moderna, que opta también por tomarse cada gol como la asignatura de cada día como quien se toma un café matinal, Leo Messi, está en camino de echarle del único pedestal que debe quedarle por batir al rosarino. Su doblete en Moscú, que le coloca a cinco tantos del germano, no solo sirvió para cerrar el capítulo del traspiés en Glasgow, sino que metió al Barça en octavos, por lo que el duelo ante el Benfica será residual.

Había anunciado Emery un Spartak pertrechado atrás como los escoceses pero ni su armadura física le da para tanto, ni mentalmente tiene un bloque preparado para guarecerse en la cueva, y para más inri Vilanova ya tiene a Piqué ejerciendo de general, sutil, seguro y sin contemplaciones al corte, un desfibrilador para el corazón del aficionado culé que tanto sufre a balón parado. De hecho, la otra gran noticia que salió del Luzhniki fue que Valdés acabó con su portería inmaculada. Sentados Puyol y Villa, y con Tello descartado, asueto para el compromiso en Levante, el Barça solventó la papeleta en la primera parte, acalorando con su distribución de una esquina a otra del césped artificial la gélida tarde rusa, con Fábregas como jugador más adelantado; Busquets y Xavi gobernando el mediocampo; y Pedro y Messi localizando los agujeros donde echar el diente.

Avisó el canario a bocajarro pero no perdonó Alves con un derechazo desde el balcón del área sobrepasado el cuarto de hora, cruzando el cuero al palo contrario de Dykan, que se afanaba en despejar a la grada nada más atisbar una camiseta azulgrana. Fue el aperitivo del festival de Leo, que hasta la fecha nunca había anotado en Rusia. Lo hizo primero tras aprovechar un despeje del guardameta tras remate de Iniesta, y lo consiguió después al recibir una exquisita asistencia entre líneas de Pedro y regatear con suma elegancia al portero. Pero si algo ha recuperado Messi estos últimos partidos no es el gol, que ya lo tenía, sino su afán de trabajar para el colectivo en la presión y la aceleración de las acciones. Quiso sumarse al espectáculo Iniesta, que un palmo junto al banderín de córner se merendó, casi humilló, a todo quien osó hurtarle el balón. Con todo el pescado vendido, y a pesar de que el Spartak intimidó en sendas ocasiones de Suchy y Emenike, que ni de lejos fue el del Camp Nou, sobró toda la segunda mitad.

No varió la escaleta y el Barcelona no dejó de arrinconar al rival, sabedor de que no se le permitía ningún error infantil más y con el propósito de mantener el tono. Cesc, que disparó cruzado, y Pedro, con un flojo cabezazo, pudieron incrementar la diferencia ante un oponente aturdido por el mareo al que estaba siendo sometido, persiguiendo sombras, lo que derivó en aburrimiento con solo la espera de si Messi iba a cazar otra presa so pena de Torpedo. Nada aconteció y la mirada se dirigió hasta Portugal, aguardando a que el Celtic no ganara para asegurar la primera plaza del grupo, como así fue. Las casas de apuestas echan humo: ¿En qué fecha caerá Müller?