El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, defendió su decisión inicial de mantener la celebración del maratón, aunque finalmente la canceló debido a las crecientes quejas de muchos ciudadanos y medios locales. "Sigo pensando que teníamos los recursos para celebrar la prueba y ayudar a los afectados por el huracán Sandy", afirmó. El alcalde recalcó que la prueba genera un impacto económico importante para la ciudad y que también sería un símbolo de la recuperación.