Bilbao. Fue un golpe lo de Gernika. Abel Barriola, que posee unas características enormes dentro del Cuatro y Medio, se vio dominado y doblegado ante un adversario como Pablo Berasaluze, que planteó un encuentro genial y muy serio, en el que también mostró galones trabajando con la zurda a bote. Cuenta el zaguero de Leitza que "empezar una liguilla ganando es importante, porque te da moral y un balón de oxígeno para los partidos siguientes". Y ya no existe tal balón. Se lo arrebató el manista vizcaino. Abel, de rostro afilado y mirada afable, tiene ante sus ojos otra final. Una prueba a cara o cruz por mantenerse vivo en el acotado. Allí donde agobia no tener pegada y el juego de aire se vuelve de importancia capital, el zaguero como él, aire fresco y favorito habitual, se encontrará con la horma más similar a la de su zapato: Julen Retegi, delantero clasicómano, con alma de trabajador tradicional de la pelota, de mucho curro a bote y también trazas de artista. En definitiva, "una final".
Pero si por algo se caracteriza Barriola es por su capacidad competitiva y su prodigiosa visión dentro y fuera de la cancha. Así, analiza el zaguero de Leitza que su contrincante "es un pelotari con mucha clase. Si tuviera que definirle de alguna manera sería así, como un pelotari con mucha clase". "Julen no me sorprende. Físicamente, año tras año, está dando pasos hacia adelante, cada vez está más hecho, más fuerte, más duro y es más difícil de ganar. Se ve en la cancha". "Por el momento en el primer partido tuvo mucho mérito y en el segundo tuvo ahí a Irujo, si bien Irujo cometió bastantes errores, pero aun y todo estuvo muy cerca de ganarle y eso lo han hecho pocos pelotaris en los últimos años", concreta Abel. Sobre el partido del domingo en el frontón Bizkaia de Bilbao, el guardaespaldas navarro confirmó que "los dos estamos en una situación parecida y ya sabemos lo que hay. Esto es una liguilla y por desgracia hemos perdido el primer partido y ahora lo que tenemos claro es que el que pierda se va casi a casa. Para los dos es una final, un partido puro y duro y habrá que ganarlo sí o sí".
Cimentando sobre las bases de una final imprevista, demasiado adelantada, a ojos de Abel no hay pábulo a los números. "Creo que al perder el primer partido lo que tenemos que hacer es intentar ganar los dos que nos quedan. A partir de ahí esperar resultados ajenos. Ya sabemos lo que tenemos que hacer y ya sé lo que tengo que hacer personalmente", devela al leitzarra, quien sentencia que "tengo que ganar este partido y el siguiente. Nada más". Porque Abel, competitivo hasta la médula, con catorce años como profesional, conoce cada palmo de la competición en la que mejor se desenvuelve. "En principio tenemos los dos un estilo parecido y eso quiere decir que por la forma de jugar será un duelo más de desgaste, de peloteo y más físico que el saque remate, que es el juego que suelen hacer los delanteros", sentencia.
Como precedentes siempre caben las comparaciones y en las cuatro ocasiones que se han metido en la jaula se ha llevado el gato al agua el zaguero. "Las referencias valen para poco porque los años pasan y las situaciones cambian. Si es verdad que hasta ahora siempre le he ganado pero se vio el año pasado que me fue ganando todo el partido, al final gané yo 22-20 y fue de cara y cruz", remacha el leitzarra.
Julen, preocupado Aunque el guardaespaldas navarro quedó contento con el material que seleccionó en la liturgia previa al partido -105 y 105,4 gramos-, Julen Retegi no anduvo conforme con los cueros que se encontró en el Bizkaia. "Estoy preocupado por el material. El de Barriola me parece vivo y, sobre todo en este frontón, en el saque, las pelotas cogen mucha velocidad. Si el material con el que jugué en Tolosa contra Saralegi fueron unas pelotas vivas, estas son mucho más", analizó el de Eratsun, cuyos cueros tienen un peso de 105,2 y 105,3 gramos. Asimismo, declaró Julen que "es un frontón que es muy pesado para defender. En la contracancha, al ser tan grande, cuesta meter de nuevo la pelota al frontis. Ya jugué aquí contra Iker Arretxe en el Desafío del Vino y se me hizo pesado. La pelota coge bote y es un frontón difícil".
"Abel es un sacador nato y con estas pelotas se coge mucha velocidad. Se ha visto que él me ha ganado en otras ocasiones con el saque. Es un arma suya, pero a ver si puedo quitársela", recalcó el delantero de Eratsun, quien está dispuesto a romper la dinámica.