Un vacío enorme carcomía las entrañas del atletismo femenino etíope en la prueba reina, el maratón. 16 años de sequía. Demasiados para un país con tradición en las pruebas de fondo. Había que remontarse hasta los Juegos Olímpicos de Atlanta'96 para ver el último oro en el maratón femenino de una atleta etíope, pero también el último podio. Desde entonces, ni en Sidney, ni en Atenas, ni en Pekín el país africano había obtenido presea alguna. Fracaso tras fracaso, Tiki Gelana devolvió la alegría a Etiopía en la mañana de ayer, 16 años después de que Fatuma Roba se aupase a lo más alto del podio en Atlanta.

Los corazones británicos estaban igual de vacíos que los etíopes. La ausencia de Paula Radcliffe, que no pudo superar la osteoartritis que padece en su pie izquierdo no impidió que las céntricas calles londinenses por las que transcurrió la prueba -que arrancó en The Mall y pasó por al lado del palacio de Buckingham, el Parlamento, la catedral de St. Paul o la Torre de Londres- se llenasen de gente.