Foix. Cadel Evans entró en la meta de Foix sin perder ni un segundo tras el incidente de los clavos en el Muro de Péguère, pero aún estaba encendido. Bramaba. "Clavos, protestas… El mundo está lleno de gente como esa, desafortunadamente. Bueno, no todo, pero… Estas en una carrera ciclista y hay quien ve que algo puede sacar de eso. Estoy acostumbrado a esa gente. La generación yo-yo, creo que le llaman. Así funciona esto.

Afortunadamente, el karma está a mi alrededor", dijo el australiano, al que, de todas maneras, no le acompañaba la calma y se lio la manta a la cabeza. Desde los Pirineos se volvió hacia España y dijo que lo que le ocurrió ayer "ya me había pasado antes allí. Dos veces. Por esa razón, no corro allí muy a menudo. Hay alguna gente en ese país que lleva las cosas muy lejos.

Eso me costó una Vuelta. Y otras carreras", abundó Evans, que dijo que bajando a 70 por hora era imposible ver los clavos, que los tres pinchazos habían llegado en momentos cruciales y que aún no había podido ver cómo había reaccionado el pelotón por el infortunio ante el que poco puede hacer la organización porque la carretera, en cierta medida, es incontrolable.

El Tour blinda la carrera con cientos de gendarmes que vigilan cada metro de asfalto. Hay miles por todo el recorrido. La Vuelta, en sus posibilidades, lleva delante de carrera un coche con un aspirador que retira todo tipo de elementos susceptibles de provocar daños y un máquina de agua a presión para limpiar la carretera.

Por su parte, el ganador Luis León Sánchez dedicó el triunfo, como siempre, a su hermano fallecido, a su familia y a sus compañeros y aseguró que el triunfo llega tras un Tour que comenzó mal, con una caída en la que se dislocó una muñeca. "Este año parecía imposible que ganáramos una etapa, pero al final lo hemos logrado. Comencé con la caída en Lieja y al principio no encontraba las buenas piernas para atacar. Lo intenté a principios de semana, pero al final ganó Voeckler", aseguró.

El murciano se mostró satisfecho con el triunfo logrado en una larga escapada en la que también estaban, entre otros, el eslovaco Peter Sagan y el belga Philippe Gilbert.

"Sabíamos que con Sagan y Gilbert sería difícil. Teníamos en mente arrancar de lejos, era la única oportunidad", comentó el ciclista del Rabobank. Sánchez agradeció el trabajo de su equipo, en particular de Steven Kruijswijk, que estuvo escapado con él y que trabajó en el ascenso al Mur de Paguere. "Decidimos poner un ritmo fuerte para tratar de descolgar a Sagan, pero casi nos cuesta la victoria de etapa", analizó. "Tenía mucha rabia dentro, porque siempre había tenido una victoria en la primera semana y este año parecía que no iba a llegar, pero cuando se lucha, al final termina saliendo", afirmó.

Aunque todavía buscará sumar otro triunfo parcial, Sánchez indicó que este triunfo le da confianza también con miras a los Juegos de Londres: "Esta victoria me libera mentalmente y creo que ya tengo la cabeza un poco en Londres. Cada día me voy encontrando mejor, casi no me duele la muñeca", dijo.

Haimar Zubeldia (Radioshack) criticó al francés Pierre Rolland (Europcar) por atacar dentro del grupo de favoritos cuando algunos de ellos habían sufrido pinchazos por un sabotaje por parte de un grupo de aficionados: "Algún problema ha tenido que haber porque tanto pinchazo es muy raro. Quien haya sido se habrá quedado contento", señaló el ciclista. "Algunos han pinchado y por eso hemos colaborado todos para llegar. Roland no ha sido elegante".