madrid. La difícil victoria sobre Argentina (33-10) ha provocado en la selección de Nueva Zelanda los sentimientos encontrados de la alegría de la clasificación para las semifinales de la Copa del Mundo de rugby y la preocupación por la avalancha de lesiones. A menos ya de una semana del gran duelo ante Australia del domingo, los All Blacks encaran el choque mermados por los últimos lesionados que no podrán reaparecer en el torneo, Colin Slade y Mils Muliaina, que se unen a la anterior baja de una de sus grandes figuras, Dan Carter.
Muliaina se fracturó su hombro izquierdo y Slade sufrió una lesión muscular que les ha dejado fuera de combate, con lo que han sido llamados a filas dos jugadores que se habían quedado fuera del equipo inicial, Stephen Donald y Hosea Gear. El técnico, Graham Henry, indicó que ambas incorporaciones tienen la ventaja de haber estado trabajando con el grupo los últimos doce meses y conocen el grupo y el estilo de juego. En el apartado extradeportivo, la Copa del Mundo ha vivido cuestiones como la multa impuesta al inglés Manu Tuilagi por saltar desde un ferry cuando iba a atracar en el puerto Waitemata de Auckland tras perder la semifinal ante Francia (19-12), por lo que fue detenido por la policía durante unos minutos.