VITORIA. Algunos sueños son imposibles de hacerse realidad. Aprovechando el cierre patronal de la NBA que ha abierto la puerta a la masiva diáspora de estrellas procedentes de las franquicias estadounidenses con destino hacia el Viejo Continente, el aficionado baskonista que haya soñado alguna vez con el hipotético regreso de uno de los grandes iconos del club deberá bajarse cuanto antes de la nube. Luis Scola, quien es considerado por Josean Querejeta el jugador más importante del equipo a lo largo de su historia, acaba de asegurar en su Argentina natal que, entre sus preferencias, no figura ni mucho menos la posibilidad de regresar al baloncesto continental, donde numerosos equipos de primer nivel entre ellos, el Caja Laboral le acogerían por motivos obvios con los brazos abiertos.

Scola tiene muy claras sus ideas si el lock-out se enquista y finalmente no hay temporada en la NBA, algo que aún está en el aire ante las agrias discrepancias entre la patronal y el sindicato de jugadores. "No puedo darme el lujo de parar un año. El baloncesto es mi trabajo. En algún lugar tengo que jugar", declaró ayer al diario Olé. El internacional argentino, que durante el curso 2011-2012 debería percibir en el conjunto texano 8,6 millones de dólares, concretó que la preferencia para continuar su carrera es el baloncesto chino. "Es un mercado más abierto, tiene mucho potencial y me atrae el país. Tengo más oportunidades de ir a China que a Europa. Me veo en los Shanghai Sharks porque Yao Ming su antiguo compañero en los Rockets que ha anunciado recientemente su retirada del baloncesto es su dueño. Pero dice que soy demasiado caro", bromeó.

El porteño, que conserva un sentimiento azulgrana muy arraigado tras su longevo periplo en la capital alavesa, no dudó en reconocer que jugar en Europa sería más complicado porque, puntualizó, "tengo un grado de implicación muy alto con el Baskonia y eso achica mis opciones". Scola, que termina contrato con los Rockets en 2015, debería cobrar 8,6 millones, 9,4 millones, 10,2 millones y 11 millones en las próximas temporadas. Unas cantidades que parecían desorbitadas para cualquier entidad europea hasta que el Besiktas turco ha demostrado lo contrario afrontando la costosa llegada de Deron Williams, la primera estrella estadounidense que ha suscrito un vínculo en Europa.

El base de los Nets militará en el baloncesto turco y otros como Dwyane Wade, Kevin Durant, Kobe Bryant y Dwight Howard ya han mostrado su disposición a jugar en Europa o China si se prolonga el lockout. El cierre patronal, que suspende cualquier actividad en la franquicias NBA, impide a los jugadores entrenarse con su equipo y cobrar, lo que les ha obligado a plantearse otras alternativas. Según diversos analistas, alrededor de un 80% de los jugadores que militan en Estados Unidos se han planteado ya la opción de jugar en algún conjunto europeo. Esta hipótesis levantó, en un principio, recelos en la FIBA, donde anida la convicción de que todos los baloncestistas incluirán en sus contratos una cláusula de vuelta hacia la mejor liga del mundo una vez los dueños de las franquicias deseosos de reducir los salarios de sus empleados ablanden su postura. En el caso de Scola, sin embargo, sus miras apuntan hacia el pujante mercado asiático.