1º Oscar Gatto (Farnese)4:59:45
2º Alberto Contador (Saxo Bank) m.t.
3º Alessandro Petacchi (Lampre)a 5''
GENERAL
1º Pieter Weening (Rabobank)28:09:49
2º Konstantsin Sivtsov (Highroad)a 2''
3º Marco Pinotti (Highroad)m.t.
Etapa de hoy, 9ª: Messina-Etna, 169 km. ETB-1, Eurosport y Veo 7 (14.55 h.).
tropea. Los vulcanólogos hablan estos días del Etna, el volcán que hace tres noches empezó a escupir ceniza y lava, con el mismo sobresalto que las vacas ven pasar al tren y mastican hierba y mueven el rabo espantando a las moscas. El suceso les resulta rutinario. Hoy el Giro sube al Etna y los vulcanólogos no saben bien qué decir cuando les preguntan si eso está bien o mal, si es posible o se trata de una testarudez de Zomegnan, y acaban respondiendo que si la carretera está limpia, imaginan que se podrá subir. Que por el volcán no hay problema, pues se puede saber con exactitud cuándo va a protestar. El Etna es previsible. No como Contador, que entró en erupción ayer. En una etapa llana que bajaba azotada por el sol por la costa calabresa, entre pinos mediterráneos y olivos, hacia la punta de la bota de Italia. Nadie lo había imaginado.
Tropea es un puerto que se baña en el Tirreno. Se asoma al mar desde una colina. Hacia allí subió la séptima etapa del Giro en los tres últimos kilómetros. El repecho apenas era un bache en el perfil de la etapa. Una chincheta en un Giro himalayesco. Nadie le echó cuenta. Bjarne Riis, sí. El director de Contador se acordó de que en 2005, el mismo lugar, una llegada similar, Ivan Basso se cortó y se dejó unos segundos preciosos. Tomó precauciones y en los últimos diez kilómetros ordenó a su equipo que subiera a Contador a la cabeza. Alerta.
El repecho, a dos kilómetros, incendió al pelotón. Era estrecho y eso afiló el grupo. Dos herraduras lo desbarajaron. Saliendo de la segunda, kilómetro y medio a meta, soltó un zarpazo Oscar Gatto, un italiano joven, pequeño, rápido y duro. Miró atrás una vez y no vio a nadie. Se volvió a girar y vio un maillot negro y blanco. "Es un Saxo Bank", se dijo. "¿Y si es Contador?", se atormentó. Un nuevo vistazo lo confirmó: era Contador. Alberto es un tipo inquieto y observador. Algo debió ver que le revolucionó. Hay una versión que cuenta cómo el resorte del madrileño tiene que ver con las dudas de La Gazzetta dello Sport sobre su entereza porque en una semana de Giro no había asomado, ni siquiera en el primer final en alto. Un misterio para el diario italiano: non brilla e si rasconde. ¿Qué le ocurre? Contador respondió ayer. Donde mejor se expresa. Cuesta arriba en la carretera.
Fue una sorpresa incluso para su ejército. Dani Navarro, su escudero asturiano en la montaña, viajaba descolgado, como suele al final de cada etapa llana para evitar las caídas, y lo escuchó por la radio: "Ha atacado Alberto". Se quedó perplejo. "Nos ha sorprendido a todos", explicó. No a todos. Nibali se había olido que algo más que sal cargaba el aire cálido de Tropea. Imaginó que algo tramaba Contador, le vigiló y cuando fue a salir a por él, Danilo Hondo le cerró el paso inconscientemente.
La cuesta acaba a poco menos de un kilómetro. Gatto seguía delante. Contador solo, detrás, convencido tras ver que había abierto hueco de que merecía la pena seguir batiendo las alas. El aleteo, de todas maneras, no le llegó para atrapar al italiano, pero cazó los 12 segundos de bonificación del segundo, a los que sumó los cinco de ventaja que sacó al pelotón que encabezó Petacchi. Ya es el mejor de los favoritos. Está a 13 segundos de la maglia rosa de Weening y saca 1 a Scarponi, 9 a Nibali, 27 a Arroyo, 31 a Kreuziger, 42 a Menchov, 53 a Joaquim Rodríguez y 1:02 a Igor Antón, que se frota los ojos cada mañana al comprobar que a los pies de la primera gran montaña, El Etna, hoy, está en los tiempos de sus rivales. "El Etna, de todas maneras, va a marcar un antes y un después ", anunció el vizcaíno de Euskaltel.