vitoria. La crisis interna que vive la ACB ya tiene marcada en rojo una nueva fecha en el calendario. Se trata del próximo martes 4, la jornada escogida por los doce clubes rebeldes (Valencia, Real Madrid, Valladolid, Unicaja, Barcelona, Baskonia, Bilbao Basket, Lagun Aro, Gran Canaria, Manresa, CAI Zaragoza y Menorca) para reunirse en la sede de la patronal con el todavía presidente Eduardo Portela, a quien pretenden relevar de su cargo con el fin de propiciar un paso a un nuevo modelo de gestión que reflote el delicado estado del baloncesto español.
Mientras intentan convencer a los otros seis asociados para que se plieguen a sus intereses y se suban al mismo barco, los golpistas -reunidos el viernes en Madrid- siguen adelante con su propuesta de dar un giro radical a la cúpula tras más de tres décadas de mandato de la actual dirección. La intención reside en que una Comisión de Clubes formada por ocho equipos, entre ellos el Caja Laboral, se haga con los mandos de la competición en busca de una nueva era. Dicho organismo propondrá a la Asamblea las renovadas líneas de gestión y determinará la elección de un Consejero Delegado, que gestionará los intereses globales de los clubes en diferentes ámbitos.
También se ha creado una Comisión Delegada compuesta por siete clubes que definirá nuevos marcos de actuación que favorezcan a todo los integrantes de la ACB. Otro de los objetivos es conocer cuanto antes los resultados de la auditoría, encargada a Portela el pasado 19 de abril, con el fin de conocer el estado exacto de las cuentas. El hacha de guerra ya está desenterrado.