Madrid. ¿Cómo está viendo la presente edición de la Copa?

Es una competición muy atractiva desde que la ACB planteó el formato actual. Para cualquier aficionado al baloncesto, es un ambiente muy bonito y divertido. En cuanto a los equipos, el Barcelona ya fue capaz el año pasado de hacer una temporada histórica aunque no consiguiera poner la guinda del título en la final ante el Caja Laboral. Está manteniendo una línea muy positiva y eso es lo más importante.

¿Cree que su exequipo se halla en condiciones de ejercer una tiranía dentro de la competición en los próximos años?

Bueno, llevan un par de años jugando a un nivel altísimo y eso no es fácil. La filosofía y el estilo de juego están muy arraigados. Tampoco han hecho muchos cambios con respecto al año pasado, algo que es positivo para la dinámica del equipo. A estas alturas es cuando vienen los auténticos desafíos y veremos cómo responde.

En comparación con años atrás, ¿le gusta el juego que despliegan hoy en día los equipos?

Cada época tiene su baloncesto. No es comparable por muchas cosas como las reglas, el físico de los jugadores u otras cosas. El juego es muy dinámico en la actualidad y creo que todos debemos sentirnos muy satisfechos. Además, ha venido acompañado en los últimos tiempos de varios éxitos de la selección nacional. El jugador español está muy reconocido en todo el mundo. Estamos viviendo una época dorada.

Si usted se vistiera de corto hoy, ¿lo hubiese tenido más difícil con la movilidad y velocidad de los pívots actuales?

Puede ser. Esto es lo que más ha cambiado. Antes se tendía a jugar mucho más con jugadores muy grandes, pero la tendencia de los últimos ocho años es poner en liza un cuatro mucho más móvil. Incluso el cinco puro suele ser ya rápido. Ya no quedan demasiados jugadores grandes que puedan actuar en esa posición. Ésta será la tónica generalizada hasta que, de repente, un equipo con hombres altos gane títulos. El Barcelona es el mejor ejemplo, ya que no tiene un poste tremendamente alto pero sí cuatro pívots corpulentos y ágiles.

De los interiores que han pululado por España en los últimos años, ¿ha sentido especial predilección por alguien?

Tiago Splitter ha marcado claramente una época. Hoy en día ya no quedan pívots como él en el mercado. Realmente es un jugador único y que marca las diferencias. Tan determinante como él y con capacidad para desequilibrar finales sólo he visto a Juan Carlos Navarro. Ambos son los típicos baloncestistas a los que cualquier entrenador les gustaría dirigir y, lógicamente, al aficionado tenerlos en su equipo.

Tras colgar las botas, ahora se dedica a trabajar con la cantera del Barcelona. ¿Viene la nueva hornada pegando fuerte?

Aprecio que los jugadores de hoy en día sí tienen condiciones técnicas, lo que les falla son las pocas ganas que en ocasiones muestran. Esto es más complicado, ya que por cómo está montada la sociedad les cuesta mucho esforzarse. En general, hay de todo. En nuestro caso, estamos satisfechos con los chicos de nuestra cantera porque le ponen mucha ilusión y entusiasmo, además de interés por aprender. Eso es lo fundamental para que progresen.

¿Le piden consejos a usted?

Alguno que otro. Yo no sé si soy un espejo para ellos, pero desde luego mi trabajo es muy gratificante. Que un niño te escuche o veas que te pida ayuda para mejorar no se paga con dinero. En la medida que pueda, intento aportar mi granito de arena para que ellos sean mejores jugadores en el futuro.

¿Le preocupan los nubarrones que se ciernen sobre varios clubes de la ACB que están casi en bancarrota y acuciados por las deudas?

Sí, por supuesto. La situación económica en España y el mundo en general provoca que cada vez sea más complicado encontrar patrocinadores. Esto está repercutiendo en el baloncesto y se traduce en los graves problemas de algunos históricos de la competición. Sólo podemos desear que esta época negra se pase cuando antes y que los sponsors puedan sufragar económicamente a los equipos para que puedan hacer plantillas competitivas.

Sobre las opciones de la selección española en los próximos eventos internacionales, ¿qué piensa?

Está todavía reciente la desilusión del Mundial, pero creo que los jugadores nacionales tienen un nivel extraordinario. Hay alguno que ya puede estar en el final de la carrera, pero hay otros como Rudy, Marc Gasol y alguno más de las categorías inferiores que aseguran el relevo generacional para los próximos años. Hay razones para ser optimistas de cara al Europeo y, después de los Juegos Olímpicos.