MELBOURNE. A la espera de empresas mayores, el tenista balear tuvo un estreno plácido. Cerca de una hora de esfuerzo. Ante un adversario al que ya, de inicio, le costó seguir el ritmo impuesto por el español y que se desmoronó definitivamente al final del primer parcial, cuando sintió dolor el en su pierna al perseguir una bola del español.

Marcos Daniel nunca había inquietado a Nadal en los dos enfrentamientos previos. El más reciente en el Queens, sobre hierba, el pasado año, donde solo se anotó cuatro juegos.

Tras perder el primer set por 6-0 Marcos Daniel pidió auxilio medico. Fue atendido en la pista por el doctor, aquejado de una dolencia en la rodilla izquierda. Saltó a la pista con un aparatoso vendaje para intentar hacer frente al número uno del mundo en el resto del choque.

Con 6-0 y 3-0 Daniel volvió a pedir la asistencia médica. Prefirió jugar sin vendaje. Pero volvió a la pista con una cojera visible y todo un mundo por delante. Ya no corrió más.

Nadal no aflojó el ritmo. El primer choque del Abierto de Australia tenía pinta de trámite. Y rápido. Fue un calvario para el sudamericano. Si físicamente óptimo apenas podía hacer frente al español, condicionado en sus movimientos aún menos.

Decidió abandonar en el siguiente intercambio. Estrechó la mano del español en la red y se marchó.

La reconquista de Nadal por el Abierto de Australia avista al ganador del choque entre su compatriota Daniel Gimeno Traver y el estadounidense Ryan Swetting, procedente de la fase previa.