para el Baskonia, era importante conseguir una victoria en Zaragoza tras la derrota sufrida en casa contra el Zalgiris. Y bien que demostraron desde el principio cuáles iban a ser sus intenciones. Yo, personalmente, esperaba más de este equipo zaragozano que había desarrollado un gran baloncesto las últimas cuatro jornadas, con victoria incluida en el Palau. El gran problema del CAI es que, aunque es uno de los mejores equipos en cuanto a puntos anotados, también es uno de los peores en puntos encajados. Contra el Caja Laboral se equivocaron en el planteamiento, ya que permitieron que los vitorianos moviesen el balón tanto por el perímetro como dentro-fuera sin ninguna dificultad, sin cerrar líneas de pase, ni realizar segundas ayudas ni tener un buen balance defensivo. Y si a los San Emeterio, Oleson y compañía les das tantas facilidades, con el talento que tienen son capaces de jugar para gustarse a ellos mismos y te demuestran la suficiencia que tienen para jugar al basket. El equipo de Ivanovic consiguió estar en sus parámetros habituales, tanto en anotación como en puntos encajados. El CAI, por contra, se quedó siete puntos por debajo de lo habitual en ataque y encajó cuatro más de lo normal, además de ser de por sí una de las peores defensas. Y esa falta de dureza en tareas defensivas la pudimos ver en el parámetro de las faltas cometidas. Al finalizar el tercer periodo, sólo llevaban 9 faltas de equipo, dato que demuestra claramente la inoperancia defensiva. Los pupilos de Dusko sacaron claras situaciones de tiro cómo y cuándo quisieron. Con todo perdido, decidieron hacer una defensa zonal 1-2-2 que consiguió parar un poco la producción ofensiva baskonista. Pero ya se sabe que en ligas de máximo nivel, o tienes una defensa zonal estilo Aíto, bien estudiada y trabajada, o si no es cosa de tiempo y paciencia que los jugadores encuentren la fórmula para romperla con tiros abiertos. Para finalizar, me gustaría reflejar una vez más la filosofía de Ivanovic. Cuando un jugador no le dá la confianza necesaria para salir a la cancha, no lo saca. El ver a los tres fichajes estrellas de la actual temporada más el temporero Rancik en el banquillo prácticamente durante todo el encuentro nos hace pensar que no lo van a tener fácil para jugar sin estar a tope. Y el que peor lo va a tener es Haislip, que no ha empezado con buen pie su relación con el montenegrino. Y, si no, al tiempo.
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