abel Barriola regresó ayer al escenario del crimen, al lugar donde sufrió la grave lesión de rodilla que le ha tenido casi un año apartado de la alta competición. El 5 de abril de 2009, el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha del zaguero de Leitza se rompió. Ocurrió durante un partido de parejas disputado en el Astelena de Eibar en el que Barriola afinaba su puesta a punto para el Manomanista. Buscaba el pelotari de Aspe preparar su estreno en el mano a mano, torneo en el que aparecía como cabeza de serie por su condición de subcampeón.

Sin embargo, todo se torció en el frontón de la villa armera, curiosamente donde el destino ha querido que el leitzarra regrese a la alta competición. Lo hará el próximo domingo contra el vigente campeón del mano a mano, Juan Martínez de Irujo, junto al que ayer acudió al Astelena para elegir material, otro ritual del que hacía tiempo que no disfrutaba el zaguero de Leitza.

Disfrutó Barriola de su participación en la presentación del Manomanista como si fuera un niño con zapatos nuevos. Acudió a Bilbao como uno de los ocho elegidos para pelear por el cetro de la competición reina de la mano, un privilegio para el leitzarra. "Estar aquí, en Bilbao, parece una chorrada, pero para mí no lo es", reconocía entonces Abel, que acumulaba ya once meses de travesía por el desierto.

Barriola volvió a vestirse de blanco el pasado 12 de marzo. Fue un momento especial, el instante en el que vió la luz al final del túnel. Pero las sensaciones de ayer fueron otras, porque el leitzarra se vió nuevamente envuelto en la vorágine de la competición. El ritual del apartado de material, una rutina antaño, se convirtió ayer en una novedad.

sin supersticiones A Barriola no le preocupa que su regreso a la alta competición se produzca en el Astelena. "Es verdad que vuelvo a la competición en el frontón donde me lesioné, pero eso no es más que una anécdota". Es más, el leitzarra considera que del frontón de la villa armera guarda "buenos recuerdos y es uno de los frontones industriales favoritos para mí". Pese a que Barriola coincidió en el Astelena con el defensor del título y tricampeón del mano a mano Juan Martínez de Irujo, los focos apuntaron hacia el leitzarra por eso de que regresa a la élite de la mano profesional. No hay más que comparar el tiempo que invirtieron uno y otro en atender a los medios de comunicación que se acercaron hasta el Astelena. Barriola tardó un cuarto de hora, mientras que Irujo ventiló sus obligaciones con los periodistas en apenas un par de minutos.

las sensaciones El leitzarra aprovechó la cita con el cestaño para hablar de su estado de forma, para explicar sus sensaciones y reivindicar sus aspiraciones. "Entrenando me encuentro bien y estoy con buenas sensaciones. Con la rodilla no tengo ningún problema. En cuanto a la movilidad, como es de esperar, no tengo la agilidad de antes, pero esto lo iré cogiendo según pase la competición, al igual que las chispa en el golpeo.

En el aspecto psicológico estoy fresco, con muchas ganas e ilusión". Es decir, que el leitzarra evidenció que no se encuentra al 100% en el apartado físico, pero sí en el mental. Barriola saltará el domingo a la cancha del Astelena con la ilusión de un debutante. No es para menos, ya que regresa a la competición que más le gusta e interesa, el mano a mano.

"Para mi estreno en la competición me toca enfrentarme al vigente campeón. No me importa: voy a salir a por todas. Pienso jugar como hasta ahora. Actualmente no se puede jugar en largo como antes y hay que buscar otros caminos: el remate de aire, el sotamano… Saldré a exprimir mis armas para ganarle".

etxaniz prevé una mejoría El director de la parcela deportiva de Aspe estuvo ayer en Eibar. Jokin Etxaniz no se quiso perder la elección de material de dos de sus pupilos. Y el ex pelotari guipuzcoano habló sobre el rendimiento de Barriola. Considera Etxaniz que el zaguero de Leitza llega bien a la cita con el Manomanista, pero que el primer partido que dispute no tendrá nada que ver con el tercero. Su margen de mejora y confianza es muy amplio. De momento, Abel ya es feliz simplemente con estar.