Eran muchos los que pensaban el jueves por la noche que siendo al día siguiente laborable, la estampida tras el concierto de The Offspring se iba a notar en exceso en Mendizabala, pero lo cierto es que pasadas las dos de la madrugada, cuando The Toy Dolls se despidieron entre vítores y aplausos, eran miles los que estaban en el recinto, todavía con un calor importante por mucho que un poco después cayeran cuatro gotas y un par de truenos y rayos. Seguro que dormir fue complicado.
Eso sí, a la cama se fueron muchos más que satisfechos tras el fiestón que, como suele ser habitual, montaron The Toy Dolls. Hay que reconocerle a Michael Olga Algar que para llevar más de cuarenta años en esto todavía tiene carrete para, por lo menos otros 40. No faltó el reparto de gafas, la guitarra de tres mástiles, los bailes, las piernas para un lado y para el otro, los juegos con el público y toda la parafernalia habitual.
Puede que a algunos esto no les guste. Que les parezca hasta verbenero, como si, por otra parte, eso fuera despectivo. Pero lo cierto es que Toy Dolls sabe perfectamente lo que hace y lo borda. Que tras un día tan intenso y caluroso, una banda sea capaz de poner a botar a miles de personas a casi las dos de la madrugada, teniendo en cuenta además que los presentes ya van teniendo una edad, es algo a valorar. Pero sobre todo, a agradecer.
No hubo descanso en un concierto que volvió a dejar claro que después de años y años cambiando de compañeros de viaje, Olga ha encontrado en Duncan y Tommy sus complementos perfectos. Además, el escenario grande no fue demasiado en comparación con su anterior visita al ARF. Hubo confeti, hubo globos, voló algún vaso y, en general, el buen rollo superó con creces al cansancio. Que era justo lo que necesitaba el final de fiesta. Los 40 de Toy Dolls y los 20 del ARF. La cuadratura del círculo. Y por eso el concierto empezó con el cumpleaños feliz en inglés. Pues eso.
Claro que antes de que el trío hiciera acto de presencia, fueron Fu Manchu los que también celebraron sus 30 años (bueno, ahora algo más que la pandemia lo ha retrasado todo). Nada que ver, claro con los Toy Dolls. Dos mundos propios y muy característicos que podrán pertenecer a la misma galaxia genérica del rock, aunque pueda costar creerlo. De todo hay en los campos de las seis cuerdas.
De la misma forma que lo del trío no es para todos, la propuesta de los californianos tampoco. Por eso hubo quien después del jolgorio de The Offspring no terminó de enganchar con sus compatriotas. Grave error. Potentes, lisérgicos, atrapantes y consistentes, los Fu Manchu dominaron el segundo escenario como quisieron. Además, al grupo –que estaba en Vitoria desde el miércoles a la tarde disfrutando de lo comido y lo bebido– se le notó más que a gusto en el ARF.
El concierto podría haber dado para mucho más porque repertorio hay para hacer varios planteamientos, pero lo que sucedió estuvo más que a la altura. Además, hay algo que no se debe perder de vista. Hace tres años, en el Azkena de 2019, Fu Manchu fue uno de los dos primeros grupos en anunciarse para lo que tenía que haber sucedido en 2020. Que con todo lo que ha pasado en este tiempo y el lío que hay montado ahora con no pocas giras internacionales, ellos estuvieran en este 2022 en el recinto es la mejor de las noticias.