Un buen día, en una conversación con sus amigas, en la cabeza de Maitane Pérez Gómez empezó a aparecer Lía. Ahora, la historia de ese personaje se cuenta en Amar, arder y repetir (Editorial Gusanillo), un libro que está en manos del público desde el verano. Es la primera novela romántica de la autora ayalesa, que el año pasado también publicó Haizene y la magia de los recuerdos, un cuento infantil sobre el duelo.

“Lo que me gustaría transmitir con esta novela es que el amor no duele. Cuando una relación te apaga o te hace dudar de lo que vales, no es amor”, describe la también profesora, que remarca que “debemos saber que se puede volver a empezar. Hoy en día, con el tipo de relaciones que hay entre los chavales jóvenes, este es un mensaje muy necesario”. 

A partir de ahí, esta creación literaria habla de los patrones emocionales de Lía, de sus relaciones. “Se enfrenta a sus propios miedos y a la idea que tiene de que amar es sufrir. Es una historia con la que la gente se va a identificar”. Eso a pesar de que la protagonista no es fácil. “Es una persona que tiene muchas lecturas. De hecho, hay quien ha leído el libro y me ha dicho que le cae mal, que no la soporta”, sonríe la escritora. “Pero eso me gusta porque significa que el personaje está despertando emociones reales”. 

Remover

Por supuesto, Amar, arder y repetir busca entretener y, como en la vida misma, tiene momentos para todo. También para reír. Pero más allá de eso, es una historia pensada “para que remueva”, para que “invite a pensar”. “Vivimos en una sociedad en la que las relaciones empiezan en control, en toxicidad y eso es muy triste. Pero es a lo que los chavales se están acostumbrando. Aún así, se puede salir de ese tipo de situaciones”

Portada de ‘Amar, arder y repetir’ Cedida

Para poder hacerlo, y esta es otra de las claves del libro, es “esencial” la amista. “Nuestra cuadrilla es nuestra base, son las personas que siempre están con nosotros. Están también para cuando nos tenemos que reconstruir. Las amigas de Lía están ahí y no precisamente para decirle a todo que sí. Los tortazos de realidad son necesarios”. Otra cuestión es que una cosa es saberse la teoría y otra aplicarla.

Eso le pasa a esta protagonista nacida en aquella charla con las amigas de la autora, que después de residir durante años en Amurrio vive desde hace tiempo en Retes de Llanteno. “Nos acordamos de momentos reales, de esos que dices: esto da para una novela. Y ha dado. Hay gente adulta que sigue viviendo situaciones como las que le pasan a Lía. Y las relaciones entre los jóvenes cada vez empiezan antes, así que con 15 años ya están metidos en relaciones así”. 

De todas formas, ahora es el momento del público, de quienes se adentren en esta novela. Su autora, mientras tanto, prepara nuevos proyectos. “Unos van a correr cuando están estresados. Yo escribo”, sonríe. Lo cierto es que dentro de no mucho tiempo verá la luz una novela para niños y niñas a partir de ocho años. En proceso, además, esta otro libro para el público adulto que nada tiene que ver con el género romántico. Todo sin olvidar que en breve empezará también con las presentaciones públicas de Amar, arder y repetir.