Síguenos en redes sociales:

Las voces se adueñan de cada rincón de Mendizorroza

Jazzmeia Horn abre la primera doble sesión del Festival de Jazz, que cierra Jose James cantando entre el público

En imágenes: Concierto de Jose James en Mendizorroza

24

La estructura de las dobles sesiones es un clásico básico en el Festival de Jazz cuando de su sede de referencia se habla. Con todo, a veces se rompe la norma, como ocurrió el miércoles, así que fue ayer cuando el evento de la capital alavesa recuperó, por así decirlo, cierta normalidad. Lo hizo en una noche marcada por dos voces muy distintas, las de Jazzmeia Horn y de Jose James, un viejo amigo del certamen, donde ha ido mostrando, a lo largo de los años, sus diferentes facetas.

De todas formas, aunque a ambos les una su instrumento principal, quedó claro desde el primer momento que se trata de dos artistas bien distintos. Así sucedió en un polideportivo que ha conocido a lo largo de sus historia a grandes vocalistas, más allá de que en los últimos años sea complicado rastrear una doble sesión protagonizada por dos cantantes en exclusiva. Siempre es bueno romper las dinámicas, más allá de que el resultado final sea más o menos acertado.

La apertura

Con algo menos de calor que la jornada precedente, la primera en hacer acto de presencia entre las paredes del veterano pabellón fue Horn, debutante dentro de la estructura del festival, aunque la también compositora norteamericana lleva unos años haciendo camino a pesar de ser todavía joven.  

Jazzmeia Horn en el concierto de Mendizorroza

La creadora de Dallas sabe a la perfección que posee un poderoso instrumento en su voz, uno que sabe usar muy bien. Es cierto, no hay que negarlo, que hay una parte del público al que el scat –es decir, la improvisación vocal a partir de sílabas sin sentido aparente– le pone los pelos como escarpias. Da igual, además, la voz que tenga delante. Pero eso a Horn le da igual. Junto a unos compañeros de viaje que supieron estar a la altura, fue conduciendo a los presentes por su particular sendero, también excediéndose tal vez en poco con algunos parlamentos un tanto largos para introducir algunos de los temas que interpretó.

Cambio de ritmo

Pasado el habitual descanso de estas dobles sesiones, Mendizorroza se preparó para reencontrarse con un Jose James que volvió a la capital alavesa dentro de la gira de presentación de su último trabajo, un 1978, cuyo título responde a la fecha de nacimiento del artista de Minneapolis. Ha llovido lo suyo desde la primera vez que el intérprete estuvo en el certamen. Fue en 2008, con el Principal como escenario, cuando tuvo lugar ese debut.

Público asistente a la primera doble sesión de este 2025

La fecha no es baladí. Desde entonces, desde aquel joven que estaba empezando a despuntar, ha llovido lo suyo, también en su trayectoria. La evolución con el paso de los años es más que evidente. En Gasteiz, de hecho, se ha podido observar en sus sucesivas visitas, aunque ha pasado un tiempo desde la última. La madurez es un grado.

Jazz, soul y rhythm and blues siguen en su base, sin perder de vista esa huella del hip hop que mantiene desde los inicios. Los presentes aplaudieron, cantaron en un par de coros y hasta alguno bailó, pero sin pasarse. Todo ello de la mano de un Jose James muy bien acompañado sobre las tablas del viejo polideportivo. Y, por supuesto, se bajó del escenario en el último tema para cantar entre el público. Así se termina un concierto cuando está a punto de llegar la media noche.