"El objetivo con ‘La nueva normalidad’ es que te rías cada 30 segundos”
El Buesa Arena está cerca de colgar el cartel de ‘completo’ para recibir el próximo día 15 a Álex Clavero
La cita es el día 15 a partir de la 21.00 horas en el Buesa Arena. La cancha del Baskonia se va a llenar, además de forma literal, de carcajadas de la mano de Álex Clavero, que deja por un momento los micrófonos de Rock FM para acudir a la capital alavesa y presentar La Nueva Normalidad. La actuación será grabada, además. Y tendrá un componente personal, una dedicatoria muy especial.
Queda alguna entrada todavía disponible, pero está a punto de colgar el cartel de ‘completo’. ¿Así ya se puede llegar a los sitios, verdad?
–No está nada mal, máxime en un recinto tan grande como el Buesa Arena. A mí me parece hasta mentira (risas). Estoy flipando con la acogida en Vitoria.
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¿Qué es ‘La nueva normalidad’?
–Es un show de casi dos horas en el que vamos a repasar un poco cómo nos ha cambiado la vida en este tiempo. El objetivo de este show es que te rías cada 30 segundos y que te vayas del Buesa vaciado de reír. No te voy a dar la vara en exceso con la pandemia. Te voy a hablar de la vida, de lo que es la nueva normalidad. Es, al estilo Clavero, analizar un poco este mundo ridículo que tenemos.
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Esta vez actúa solo, frente a otras ocasiones en las que comparte cartel con otros compañeros y amigos como J.J. Vaquero. ¿Es más complicado o...?
–Con J.J. Vaquero me divierto muchísimo, eso es así. Pero estando solo tienes más tiempo para ubicar la situación, para hacer reflexiones más desarrolladas y juegas más tranquilo. Cuando compartes escenario es todo más intenso. En formatos como el de Vitoria me puedo poner más pesado, que es lo que me gusta a mí (risas).
Entre la radio y el escenario
Entre semana con Pirata en la radio, además ahora tiene un programa propio los sábados, cuando no está en antena sale de gira... ¿En casa, bien?
–Entre todos vais a conseguir mi divorcio (risas). Tengo dos niños pequeños y voy haciendo malabares para no dejar la radio, no dejar los directos, no dejar nada de lo importante, teniendo en cuenta que esos dos niños son mi prioridad. La mejor decisión de mi vida ha sido que mujer y mi representante me hagan la agenda. Gracias a eso, más o menos voy librando (risas).
"La gente que es fan del Francotirarock es de una determinada edad y tiene un criterio de la vida muy parecido al mío. Así que no se puede estar más a gusto"
¿Cuánta gente ya no le llama Álex sino Francotirarock?
–Muchísima. Me mola. Es un nombre maravilloso que me ha dado mucha vida. La gente que se siente estafada me llama Francotimador (risas). Es un nombre que me he quedado para mí, con el que estoy muy contento porque me ha dado muchas cosas en esta vida.
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Dicen que la radio no está en un gran momento. Además, en este caso es una emisora especializada en rock. Y, sin embargo, el Francotirarock ha tenido una gran repercusión estos años.
–La radio siempre parece que está en un mal momento pero siempre está goza de salud. Ni la tele, ni Internet han podido con la radio. Tampoco van a poder con ella los podcast. Todo el mundo se termina adaptando a la radio. Es un altavoz que no para. Cada día es una vida, siempre está funcionando. Quienes vivimos con la radio de fondo, sabemos que es como tu propia vida. Es verdad que Rock FMes incluso una zona más concreta en la radio. Pero goza de muy buena salud y tiene cada vez más oyentes. Además, personas con un buen criterio. La gente que es fan del Francotirarock es de una determinada edad y tiene un criterio de la vida muy parecido al mío. Así que no se puede estar más a gusto.
Pero hay que aguantar a Pirata.
–Eso sí (risas).
Humor blanco
En directo, en la radio, en la televisión... ¿el humor de Álex Clavero es en todos los formatos igual o es necesario adaptarse a cada uno?
–Soy un poco un abanderado del humor blanco dentro del gremio de la comedia y soy consciente que en el Francotirarock hice monólogos hace unos años que hoy no podría hacer. Y yo no me meto en líos, no soy ofensivo más de lo que el humor pide, y sin embargo hay cosas que ya no se pueden decir. Todo empieza a sonar mal, raro... Yo tengo que hacer un monólogo todos los días y no tengo opción de estar siempre mirando para los lados. Alguien tiene que ser la víctima del chiste. Pero no te preocupes, que la mayoría de las veces soy yo. O mi familia. O mi pueblo... Es que no hay problema. Otro día igual te toca a ti y no tiene que haber problema. Pero con alguien hay que hacer el chiste.
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Es que nos ofendemos últimamente por casi todo.
–Por casi no, por todo. He hecho cuatro chistes del pueblo de al lado, y no ha pasado nada. Pero hemos hecho uno del tuyo, y ¡bueno! Todos los chistes no pueden ir solo en dirección del pueblo de al lado. Yo soy de Valladolid y en mis monólogos le caen por todos los lados. Y no pasa nada. Es que son chistes, sirven para que te rías. Eso sí, habrá un día en el que el chiste tendrá que ser con tu ciudad y no pasará nada.
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Entre una actuación y otra, habrá quien piense que está usted siempre de chiste en chiste, pero en realidad el humorista suele ser alguien bastante serio fuera del escenario. ¿En su caso?
–Pregúntaselo a mi mujer (risas). La verdad es que tienes una vida como la de todo el mundo. Tienes tus problemas, tu trabajo, tus quehaceres... Todos son risas hasta que tu hijo tiene fiebre, ¿sabes? Por ejemplo, ahora voy a Vitoria. Hace poco perdí allí a un colega del pueblo, Jonathan. No puedo hablar mucho de eso porque... bueno, se me hace bola. Pero la actuación va a ir dedicada a él. Estas cosas te pasan en la vida. Tú tienes que salir ahí, la gente ha pagado su entrada y tienes que hacer reír, que es para lo que vas. Todo el mundo tiene que ir a trabajar aunque tenga un mal día.