La primera temporada de abono de la Banda Municipal de Música de Vitoria lejos del Principal sigue con la misma tónica. Este miércoles el Europa vuelve a abrir sus puertas para recibir a músicos y público, pero no queda ni un solo sitio libre desde hace días. Con el lleno asegurado, a partir de las 19.30 horas en la capital alavesa se ofrecerá el programa Muévete!, un recital con "mucho duende", según explicar el director de la agrupación, Luis Orduña, y también "unas cuantas sorpresas".
Dos van a ser las composiciones que van a servir para cimentar la propuesta. Por un lado, quienes acudan al palacio de congresos se encontrarán con La casa del duende, de María José Belenguer. En ella "hay flamenco, baile, energía", describe Orduña. Será la forma de arrancar el concierto.
El sello de Ernesto Aurignac
Por segundo año consecutivo, la Banda está contando en su temporada de abono con la figura del compositor residente, que esta vez está ocupando Ernesto Aurignac. De él, precisamente, se va a poder escuchar la segunda pieza del recital, FlamenK, para lo que se va a contar, además, como músicos invitados con los saxofonistas Daniel Molina y Marta Romero.
El flamenco y el lenguaje de vanguardia de una agrupación como la Banda de Vitoria se unen en una obra "complicada" para los intérpretes. "Yo pienso: vamos a hacerlo difícil para que los músicos no se aburran", sonríe el compositor. "Ernesto tiene una capacidad de trabajo y una creatividad increíble", describe Molina, quien junto a Romero, afronta esta prueba de fuego con ganas. "Los retos están para atraparlos", dice la saxofonista.
Así, bulerías, soleas y otros palos hacen un camino de ida y vuelta a otros lenguajes, componiendo un resultado final que "cuando lo escuchas desde fuera, es espectacular", apunta el propio autor, quien en esta etapa de su trayectoria profesional ha decidido dejar a un lado su faz de saxofonista para centrarse solo en la composición.
De esta forma, el público se encontrará con un sexto concierto de la temporada de abono de la Banda que invita a "emocionarse" y que apela al corazón, más allá de que "también es baile, aunque el público no vaya a poder moverse de la butaca". Bueno, en teoría.