“En Vitoria, ahora mismo, no hay ninguna jam session de jazz” y a eso, como apunta el baterista Álvaro Larrory, hay que ponerle remedio sin esperar mucho más. Por eso, este mismo sábado se pone en marcha en The Tap un nuevo ciclo de encuentros abiertos a cualquier músico que se quiera sumar a la iniciativa, siempre con el jazz como eje, sobre todo tomando como referencia los standards de los años 50 y 60 del siglo pasado. La apuesta es reunirse una vez al mes, como va a suceder este día 23 a partir de las 19.00 horas, siendo el acceso gratuito.

Es el local de la calle Manuel Iradier un viejo conocido no solo de la música en directo sino de otras muchas expresiones culturales. Ahora, a su programación de conciertos de jazz, suma esta nueva iniciativa que va a tener a Larrory, Pablo Gutiérrez (contrabajo) y Agustín Chaves (guitarra) como pilares básicos sobre los que construir el edificio de la improvisación.

Punto de encuentro

De hecho, cada cita arrancará con ellos tres interpretando cuatro o cinco temas bajo un mismo paraguas temático. En esta primera ocasión serán las figuras de Clifford Brown y Chet Baker las que copen el protagonismo, para lo que se contará con la presencia especial del trompetista Bingen Garro. Una vez finalizada esa apertura, se abrirá el escenario a todo aquel músico que quiera sumarse. “La idea fundamental pasa por tener un espacio para compartir música, un sitio que sea lugar de encuentro de los músicos locales”, describe Larrory

El baterista Álvaro Larrory junto a Christopher Liesse, co-responsable de The Tap. Alex Larretxi

“Tanto The Tap como nosotros somos apasionados del jazz, sobre todo de los años 50 y 60. Y es esa la propuesta que hacemos, encontrarnos sobre todo en standards de esos años, más allá de que, por supuesto, el enfoque de cada persona que participe será distinto”. Eso sí, “con todo el respeto a otras músicas”, se quiere que el eje de estas citas se enmarque en esos sonidos. A partir de ahí, “está todo el mundo invitado”. “Puede venir quien quiera, sea profesional o no”. También, por supuesto, a este arranque del ciclo, más allá de que los músicos que son la base de la iniciativa –bajo el nombre de Recontrabop!– han invitado ya a unos cuantos músicos de la capital alavesa para que prueben. “Esto es lo que nos apasiona y lo que hacemos”.

También en el caso del local de Manuel Iradier. “La nuestra es una apuesta por la cultura y por lo local” y de ahí implicarse en esta nueva propuesta, como explica Christopher Liesse, una de las dos personas responsables de la gerencia del local. “Es que nos gusta meternos en jaleos”.

Para el público

Todo ello va a suceder junto a otro elemento indispensable en estas ocasiones, el público. “Si el jazz es una música basada en lo improvisado, esto es el punto culminante. Quien venga va a poder ver y compartir que la música se va a crear y vertebrar en el momento. Aquí habrá músicos que puede que no hayan tocado nunca juntos y que se van a comunicar gracias al lenguaje de la música. Ver eso en directo es muy sorprendente para la gente. Esto es puro divertimento”. 

Así se va a poder comprobar en el arranque de este ciclo en torno a una música que “ahora mismo es muy joven. Hay mucha gente joven estudiando jazz y tocando”.