Trece años después de la publicación de su último disco con canciones nuevas, Koma presenta su último material. El pasado 1 de marzo se lanzó Una ligera mejoría antes de la muerte, con el que el grupo navarro regresa también a la carretera. Por delante le espera una agenda agotadora. Eso sí, antes que en ningún otro sitio, el cuarteto abre fuego en Gasteiz. Para el sábado no queda, desde hace tiempo, ni un hueco en la sala Jimmy Jazz. Y para la actuación del viernes tampoco es que queden muchas entradas disponibles, pero alguna hay. “Estamos muy contentos de empezar en Vitoria, además en una sala tan acogedora y con un público tan caliente”, dice Rafa Redín.
Toca empezar una nueva gira. ¿Como poner el contador a cero o la experiencia es un grado?
–Siempre hay nervios. Esos no se quitan nunca. Pero es verdad que, en este caso, tenemos especiales ganas de comenzar. Al final, hace 13 años que no sacamos un disco nuevo. Y, quieras o no, salir a la carretera con canciones nuevas te da otra vida. Tener temas recientes refresca al grupo y te da otra ilusión. Así que estamos con muchas ganas de empezar.
El sábado ya está colgado el cartel de ‘completo’ en la sala Jimmy Jazz y para que suceda lo mismo el viernes tampoco queda tanto. Es una tónica que ya está asegurado que se va a repetir en otros sitios. Se nota que hay ganas de Koma.
–Parece que seguimos arrastrando a bastante gente, sí, por lo menos aquí en Euskal Herria. La verdad es que la gente nos sigue apoyando de manera muy fiel. Bueno, fuera parece que la cosa también va funcionando. No sé, igual es que no han salido relevos.
"En el pasado tuvimos problemas entre nosotros y ahora que somos más viejos, nos llevamos mejor. Igual es que nos conocemos mejor las manías"
¿Eso es bueno o malo?
–Yo creo que malo. Para los grupos que salen ahora es muy difícil. Hay tal avalancha a través de Spotify, Youtube y demás, que es complicado que una banda consiga distinguirse. Es más, es que se ha convertido en difícil hasta encontrar a las bandas nuevas. Eso no es bueno. Eso quiere decir que tenemos que espabilar. Todos.
En su caso, apostar por sacar material nuevo 13 años después no deja de ser también un reto.
–El problema es que te pongas a hacer y te atasques, que no te salga nada. Pero no es nuestro caso. Por lo menos no ahora. La verdad es que nos pusimos a ello y fueron saliendo una canción tras otra. Fue muy excitante el proceso. Al final, es lo que nos mueve.
El resultado son las once canciones que dan forma y fondo a ‘Una ligera mejoría antes de la muerte’, que acaba de cumplir un mes de camino.
–Mira, salió el 1 de marzo y justo el anterior disco con canciones nuevas se publicó en la misma fecha pero de hace 13 años. Eso sí, es pura casualidad (risas).
¿Buenas sensaciones con él?
–La recepción está siendo, de momento, muy buena. Es un disco muy variado, puede llegar a mucha gente, a público de diferentes sensibilidades. Parece que incluso la canción más suave que hay está teniendo bastante aceptación. De todas formas, si el disco ha llegado lo vamos a ver, de verdad, en los directos.
Conciertos en los que tocar las nuevas, pero sabiendo que si no se interpretan algunos clásicos...
–Sí, sí. Haremos una mezcla. Hay canciones que te pide todo el mundo y hay que tocar sí o sí. Irán con las del nuevo disco.
"A nosotros lo que no nos gusta es aburrirnos. Bueno, ni aburrirnos, ni aburrir a los demás"
¿Qué cree que se mantiene en el sonido de Koma?
–La contundencia. Eso y que somos los mismos elementos. Se nota que somos los cuatro, cada uno con su forma de tocar y hacer. Nos complementamos. Somos las cuatro partas de un banco, y si una falla, fallamos todos.
¿Y qué cree que es lo distinto en este nuevo disco?
–No marcamos líneas en torno a un estilo y ya está. Creo que eso se ve en este disco, pero te diría también que en los anteriores. Son álbumes variados. Hacemos canciones muy diferentes y eso no es algo de ahora.
También hay variedad en las letras de las canciones.
–Sí. Cada tipo de música te pide un tipo de letra. Además, hay que tener en cuenta que no estamos todo el día enfadados (risas). Cada estado de ánimo te da una inspiración distinta e incluso a veces estamos hasta contentos, por ejemplo.
Son temas que se vienen a sumar a un repertorio de sobra conocido. ¿Casan bien con lo anterior?
–En los ensayos para la gira que estamos haciendo antes de Vitoria, la verdad es que la sensación, en ese sentido, es buena. Sabes lo que pasa, que a nosotros lo que no nos gusta es aburrirnos. Bueno, ni aburrirnos, ni aburrir a los demás. Disfrutamos tocando y, además, haciéndolo los cuatro.
Más allá de paréntesis y esas cosas, lo cierto es que Koma está cerca de ver cómo se cumplen 30 años de su nacimiento. ¿Si hoy se lo pudiera encontrar, qué le diría al Rafa Redín de 1995?
–Disfruta más de lo que tienes en cada momento. Hay que saber disfrutar de la música y no liarte en otro tipo de problemas que no te llevan a ningún lado. Aquí lo importante es tocar. Es donde realmente estamos felices y a gusto. En el pasado tuvimos problemas entre nosotros y ahora que somos más viejos, nos llevamos mejor. Igual es que nos conocemos mejor las manías (risas).
Más les vale, porque empiezan una gira que no tiene huecos libres para los próximos meses y eso es hacer mucha furgoneta juntos.
–Y con un equipo de técnicos muy bueno. Y muy majo, por cierto. Se puede ir a cenar a cualquier sitio con esta gente (risas).