La última fotografía del recorrido no pertenece en realidad al archivo que ha dado origen al proyecto. Sí, supone una vuelta a Tenerife desde Vitoria. Pero no, no está tomada en aquellos veranos juveniles de los años 80, cuando Josetxu Silgo pasaba el verano visitando a su familia en la tierra donde nacieron sus padres antes de migrar a la capital alavesa. Está captada ahora y retrata el momento en el que las cenizas de su madre se encontraron con el mar que la vio nacer.

Así, el creador gasteiztarra propone en la sala Amárica un triple viaje con Y al fin volar. Por un lado, geográfico, a aquellas tierras canarias donde están sus raíces y donde, de hecho, reside su familia casi al completo. Por otro lado, temporal, a esos veranos de los años 80 en los que, estando allí, Silgo empezó a conocer los secretos de la fotografía analógica gracias a su tío Antonio, una formación que después completó en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria. Y, también, emocional, íntimo, personal pero al mismo tiempo compartido.

Parte de la exposición de Josetxu Silgo Jorge Muñoz

El resultado es esta exposición -que en un formato más pequeño ya se ha podido ver en Tenerife- pero también un fotolibro que hace pocas semanas se presentó en la capital alavesa. Todo para hablar de algo que, en realidad, pueden compartir muchas personas en Gasteiz, descendientes de quienes no hace tanto dejaron su casa y sus familias en busca de un futuro mejor.

Parte de la exposición de Josetxu Silgo Jorge Muñoz

La maleta de los 5.000 negativos

Todo este proyecto se puso en marcha hace tres años, aunque, sin saberlo, arrancó mucho antes. De aquellos viajes estivales a Tenerife y de ese primer aprendizaje fotográfico resultaron unos 5.000 negativos que durante tiempo estuvieron guardados en una maleta.

Parte de la exposición de Josetxu Silgo Jorge Muñoz

Allí permanecieron esperando, conformando un archivo vital y creativo que hace tres años volvió a ver la luz. Comenzó entonces una amplia y laboriosa tarea de selección y trabajo con las imágenes que ahora conforman la exposición. Una muestra que se presenta unitaria pero con cuatro partes, las que corresponden a las palabras Isla, Mar, Familia y Mujer.

Josetxu Silgo Jorge Muñoz

A partir de ahí, el autor se toma este proyecto como una forma de recuperar los arraigos y ponerlos en valor; como una manera de recordar esa mirada fotográfica que, a la fuerza, ha cambiado con el paso del tiempo y que, de alguna manera, dice añorar pues también tiene que ver con la vida pausada de la isla en comparación con la península; y como un homenaje a su madre.