Hubo un tiempo en el que la conexión entre las bandas alavesas y los escenarios japoneses posibilitó que unos cuantos proyectos de aquí llegasen a encontrarse con el público de allí. Sucedió, por ejemplo, con Soziedad Alkoholika o Betagarri, siendo de los últimos que cruzaron ese puente The Freetangas. Pero ha llovido lo suyo desde entonces. Ha tenido que ser Dupla quien vuelva a hacer ese camino.
Ha sido en enero, justo antes de la publicación de De Un Pueblo Llamado Agurain, cuando Beñat Uribe y Gari Uriarte han estado desarrollando un tour con dos partes diferenciadas. La primera se ha desarrollado en varias estaciones de esquí. La segunda se ha centrado en Tokio. “En la maleta nos hemos traído ramen, wasabi y algunas especies”, ríen. Eso y unas cuantas experiencias.
“Es un país muy diferente, una cultura muy distinta. Entiendes la razón por la que los japoneses van por aquí todo el día con la cámara. Les flipa todo. Nosotros allí, igual, porque todo nos llamaba la atención al ser tan distinto”, comentan los de Agurain, ya de vuelta en tierras alavesas.
“Los conciertos casi han sido lo anecdótico dentro de la experiencia vital que ha sido conocer otra cultura y otro ambiente. Lo de tocar es lo que más reconocible ha hecho el viaje. La música es internacional, un sentimiento. Lo que ves en la gente es lo mismo que ves aquí. Eso es lo que menos ha cambiado. Lo que cambia es todo lo demás”, apuntan los músicos, que han acudido con el equipo que les viene acompañando desde que se puso en marcha el proyecto.
De australianos borrachos a garitos underground
Las primeras actuaciones se han producido en varias estaciones ubicadas al norte del país. “Era más un ambiente de australiano borracho por así decirlo. Es decir, chavales jóvenes que van a pasarlo bien y a la noche se echan unas cervezas. Ahí nuestro proyecto ha encajado bien porque si vas con tu guitarra acústica y tu voz, cuidado... Nosotros les hemos puesto en marcha. Pero eres un entretenimiento más de los que hay. Nadie ha ido a verte, te tienes que hacer valer”.
En Tokio, junto a otras bandas japonesas y Dj, las actuaciones se han sucedido en diferentes “garitos underground” que son como “entrar a un submundo especial, curioso, que no lo ves venir”. “Nos hemos encontrado con un público amable, mucho aficionado a la música en general y mucha gente que precisamente va a escuchar las propuestas nuevas, lo que viene de otras partes del mundo. Es otro rollo y se nota”.
Con todo, la gira ha sido como “estar de misión todo el día”. La agenda ha dejado pocos huecos libres, la verdad. “Hemos estado de un lado al otro. Cuando te metes en el bucle de tocar, da igual dónde estás. Vas, ves las instalaciones, montas, pruebas, tocas… en ese sentido, mola pero se asemeja a lo que hacemos aquí. Si nos ves en Luzuriaga y en Tokio vas a asistir a un bolo bastante parecido, solo que allí cuando hablas con el público lo haces en inglés y un par de palabras de japonés”, sonríen.
