Saben muy bien en Zas Kultur, y lo vuelve a repetir en la presentación a los medios Iñaki Larrimbe, que en Gasteiz faltan espacios de creación. Por eso, los locales de la plaza San Antón, con la mirada puesta de manera específica en los artistas jóvenes y emergentes, cuenta con la iniciativa Gaztearen Txokoa, que está llevando a cabo su segunda edición. Así, durante las últimas cuatro semanas, Ariana Ruiz de Azua, Josune Grajales, Javier Larreina han convertido parte de las instalaciones en su taller particular. Ahora llega el momento de compartir con el público el resultado de este proceso.

Flx. Javier Larreina con ‘(Des-)’. | FOTO: A.L.

De hecho, hoy a las 19.00 horas se va a llevar a cabo la inauguración de 20,58 metros cuadrados. Zona expositiva. El título de la muestra compartida tiene su razón. Cada una de las personas participantes ha tenido a su disposición un cubículo blanco con esas dimensiones para crear lo que ahora se muestra con el mismo escenario. “Ha sido un reto que ha implicado trabajar de otra manera”, apunta Larreina. “Da respeto; hay que ir viendo lo que sí y lo que no funciona”, añade Ruiz de Azúa.

‘Abuela’ de Josune Grajales. | FOTO: A.L.

Ahora es el momento de quienes acudan a Zas Kultur a ver sus propuestas. Van a estar durante un mes abiertas al público, aunque en este tiempo los artistas pueden seguir trabajando y modificando, si así lo consideran. Al fin y al cabo, esta es una propuesta de creación in situ. Además, la exposición se completa con la edición de cien ejemplares de una publicación que se presenta como una obra conjunta de las tres personas seleccionadas, como explica el también artista y comisario Jesús Ramírez.

Propuestas

En el último de los cubículos que acogen la iniciativa –que cuenta con el apoyo del área de Juventud del Ayuntamiento de Vitoria– se encuentra Abuela, de Josune Grajales, un proyecto sobre la memoria familiar que se cose a través del uso de telas, tanto creadas para la ocasión como heredadas.

Como bien indica el título, son las conversaciones con su abuela con la costura como vehículo las que sustentan la idea de Grajales a la hora de afrontar una propuesta que habla de la necesidad de conservar el conocimiento, de la herencia recibida, de los hilos entre mujeres de diferentes generaciones dentro de la familia.

Justo en el medio se encuentra (Des-), una instalación en la que, en realidad, Larreina va más allá de esos 20,58 metros cuadrados. Con elementos de la construcción, el autor ha ido creando más de una docena de intervenciones, ocupaciones del espacio para crear arte con elementos que, en teoría, le son ajenos.

El artista busca trabajar desde el cuerpo, posición desde la que va modificando su entorno, incluso adueñándose del techo de Zas Kultur. Nacen así escenografías distintas, aunque ahora se pueda ver una en concreto. El resto han sido fotografiadas y son parte también de la publicación.

Completa la exposición colectiva –de hecho, el suyo es el primer cubículo que aparece ante el visitante– Ruiz de Azúa con Birakaikigaibiraka. El cristal típico de “cualquier casa de abuela” se convierte en una de las herramientas de la autora para revisitar la tradición, el pasado, desde lo contemporáneo, desde el hoy.

En esta búsqueda de nuevas dialécticas, la artista reconoce que le ha costado no dejarse llevar por el ansia de producir. Aún así, el equilibrio aparece, también en la pieza central de su propuesta, que da la impresión de sostenerse en la nada.