Después de varias semanas de trabajo intenso en la plaza interna del museo, Artium ya cuenta con Números primos entre las obras que conforman su particular exposición exterior. Se completa así un proceso en el que la artista Esther Ferrer ha estado implicada en primera persona. Fue el pasado mes de marzo cuando se anunció que la colección de piezas con la que cuenta el museo al aire libre –conformada por nombres como los de Eduardo Chillida, Jorge de Oteiza y Richard Serra– iba a sumar a la creadora donostiarra.
El resultado final es una gran obra sobre el suelo que toma el relevo a la que, con el mismo nombre e idea, se colocó en su día en el Prado. Cabe recordar que Números primos se instaló hace dos decenios en el parque dentro de un proceso de análisis y reflexión que la ciudad realizó sobre sus esculturas públicas, aunque todo aquel proyecto terminó quedando reducido a muy pocas acciones.
La mencionada intervención obra de la Premio Nacional de Artes Plásticas y Premio Velázquez de Artes Plásticas fue una de esas excepciones, aunque el paso del tiempo hizo que el deterioro de la pieza fuera evidente. Por eso se optó por este cambio al exterior de Artium. No se ha tratado, eso sí, de llevar la pieza de un lado al otro, si no de generar una nueva a partir de la ya existente.
Realizada para Gasteiz
Esta creación fue realizada de manera expresa para Vitoria por parte de la artista donostiarra. Consta de 10.000 losas cuadradas de cerámica gres, con tres tipos de piezas: 4.410 piezas con una diagonal roja, otras tantas con una diagonal azul, y el resto con un número primo impreso, del 41 al 10.039, ambos incluidos.
En todo el proceso de reconstrucción ha estado presente la autora, que ha mantenido reuniones y contactos con técnicos y responsables del Ayuntamiento de Vitoria, entidad propietaria de la obra, y de los servicios de Restauración y Arquitectura de la Diputación Foral de Álava, así como del museo. “Su nueva ubicación facilita además su uso como espacio para el encuentro y la participación de los y las visitantes y la realización de programas artísticos vinculados a las prácticas performativas. En ese sentido, Artium tiene previsto realizar varias actuaciones que contribuyan a la integración de la obra en su contexto arquitectónico y especialmente en los programas públicos del museo”, explican desde el espacio de la calle Francia. “Será además la primera obra de una artista mujer localizada en el entorno del museo”.
La obra tiene su origen en el interés de Ferrer en las matemáticas y en concreto en una forma de representación gráfica llamada la espiral de Ulam, descrita por el matemático polaco Stanislaw Ulam. Ferrer explica que Ulam descubrió que “si se escriben los números primos desde el uno en una espiral se forman muchas diagonales pequeñas; si empiezas desde el 41 se forma una diagonal continua que al final se interrumpe”.