Dice el actor Gorka Aguinagalde que el 1900 es “la catedral del rock” en Gasteiz. El director de cine Juanma Bajo Ulloa le ha recomendado alguna que otra vez a su responsable y cofundador Joseba Carasa que escriba un libro con todo lo que ha escuchado, visto y vivido a lo largo de los años detrás de esta y otras barras.
Hoy, Txolo recuerda cuando hace 34 años, tanto él como Juan Carlos Rodríguez (Conde) iniciaron el camino en este espacio de Zapatería.
Este sábado, tanto el local como su jefe van a ser los homenajeados en la octava edición del Raúl Aransáez Rock Festival (RAR) ya que el certamen quiere reconocer su trayectoria musical y hostelera durante más de tres decenios.
“Cuando me lo comunicaron, lo primero que les dije a los organizadores fue: ¿pero por qué me hacéis esto?”, ríe Txolo. Aunque reconoce que estar sobre el escenario “me da palo” ya sabe que su intervención en el Urban Rock Concept, sede este año del evento, empezará con “un chiste”.
A partir de ahí, “lo que quiero es, sobre todo, dar las gracias a toda la gente que ha estado ahí para que yo haya podido llevar a cabo tanto el proyecto del 1900 como otros. Empezando por Conde y por mi padre, que nos avaló para empezar en el 1900 en el 89, y continuando por mi pareja, que es la que me ha avalado para meterme en otros espacios”.
Así lo compartirán quienes acudan al escenario de Portal de Gamarra, en donde actuarán Reverendo Parker, que se han vuelto a juntar para la ocasión, y Sotomonte.
Cabe recordar que antes de que eso suceda por la noche, al mediodía el RAR Festival servirá el aperitivo en el Compay, donde actuarán Nena y Los Broncos, sin perder de vista que en el local se ha abierto una exposición fotográfica en torno al fallecido guitarrista y hostelero vitoriano y a los certámenes que se han celebrado hasta ahora en su memoria.
“Un músico empedernido”
El pasado 2 de agosto, Raúl Aransáez hubiera cumplido los 55. Unos días después, el 6 de agosto se cumplieron diez años de su fallecimiento. Pero aunque el tiempo pase, la figura del gasteiztarra sigue más que presente.
“Raúl era un músico empedernido, vivía para y con la música”, lo que no solo quedaba palpable en su faceta cultural, sino también en la hostelera. “El Compay era un buen reflejo de esa pasión”.
Así lo cuenta Txolo, al tiempo que recuerda cuando Aransáez y él quedaban para comer una vez al mes. “Siempre en el chino del parque del Norte porque era el único sitio donde nos daban de comer a las cinco menos cuarto, que era cuando él salía del Compay. Hablábamos de nuestras cosas. Era un enamorado de la vida, de las mujeres y de la música”.
También el guitarrista era un habitual del 1900. De hecho, dos días antes de su fallecimiento, coincidiendo con el arranque de La Blanca, estuvo en el espacio disfrutando de la compañía y de la música. Al igual que durante 34 años lo han hecho las miles y miles de personas que han pululado, de manera habitual o puntual, por entre estas paredes. “Aquí siempre hemos cuidado el buen rollo, el rock y la calidad sonora”.
Cicatriz, Bon Jovi y Mötley Crüe
De hecho, Carasa y Conde, cuando iban a iniciar el proyecto de Zapatería, lo primero que hicieron fue marchar a Andorra para comprar un equipo de calidad. Tan bueno era que “cuando los Cicatriz grababan un máster, se juntaban aquí un martes cualquiera y pedían escuchar lo que habían hecho”.
Hasta aquí todo normal, solo que luego “cuando terminaban con lo suyo, Natxo me pedía que pusiese Bon Jovi y Pedro Mötley Crüe… ¡Mira, los del grupo punki y lo que pedían!”.
Una y mil anécdotas. Imposibles contarlas todas. “El 1900 puede que le haya dado mucho a la ciudad, pero también ha recibido mucho de la gente”, de quienes empezaron a entrar por la puerta con la intención de descubrir todos los discos que sus responsables traían de tiendas de Madrid o que les llegaban desde Londres gracias a los viajes de conocidos como Txispas o que después se adquirían, por ejemplo, en Frudisk.
Hoy las cosas han cambiado mucho, pero la gente no falla. “Hay cantera. Entra gente de 18 y 20 años que siguen buscando rock”. Él tenía unos 18 cuando montó junto a Conde el 1900. En 2024, el local cumplirá 35 años de funcionamiento y Txolo ya está diseñando un evento de tres días para celebrarlo.
Será en la sala Le Coup, el otro espacio que viene gestionando desde hace ya un tiempo, donde quiere reunir a un buen número de grupos locales.
Será otra cita ineludible para este hostelero y promotor cultural que un buen día vio como sus padres compraban una doble pletina a la que él sacó chispas junto a la gente que, en su juventud, iba conociendo en lugares como el Topo.
