Allende los mares, con nombre de flor, Hortensia Bussi se vio en la tesitura violenta de seguir floreciendo de forma longeva a pesar de todo. “Perdí a mi marido, perdí mi patria, perdí mis amigos. El general Pinochet nos traicionó. Y no nos permitieron ni conservar el álbum de fotos familiar. Pero perdido lo primero, lo segundo no tiene importancia ya”, declaraba la viuda de Allende a un medio televisivo años antes de morir el 18 de junio de 2009 a los 94 años de edad.

Su nombre completo fue Mercedes Hortensia Bussi Soto y llamada por sus compatriotas como Tencha o Doña Tencha. Fue profesora, bibliotecaria, historiadora, geógrafa y activista que había nacido el 22 de julio de 1914 en Rancagua, Chile, país del que llegaría a ser primera dama. 

Su padre, Ciro Bussi Aguilera, era marino mercante; su madre, Mercedes Soto García, falleció cuando Hortensia -la mayor de los tres hijos del matrimonio- tenía tan solo tres años de edad. Fue su primer gran golpe en la vida. Llegarían incontables más. La joven estudió en la Universidad de Chile, donde se tituló como profesora de Historia y Geografía. Además, realizó estudios de estadística y ejerció como bibliotecaria en la Dirección de Estadísticas.

Hija de marino mercante y la mayor de tres hermanos, fue profesora, bibliotecaria, historiadora, geógrafa y activista

Emergencias nacionales

En su juventud, Tencha conoció a quien llegaría a ser su marido y también recordado presidente de Chile tras el golpe militar y la toma del palacio de La Moneda del que el 11 de septiembre se cumple medio siglo. Tanto el día que se conocieron y el día que no volvieron a verse fue de catástrofe. “El día que conocí a Salvador, hubo un terremoto muy fuerte. Salí a la calle del cine en el que estaba viendo una película. En ese momento, nos encontramos con un hombre que venía corriendo y me lo presentaron. Yo no lo conocía. Era el ministro de Salud, Allende. Nos fuimos para tranquilizarnos a un café y nos fuimos conociendo”. Ocurrió el 24 de enero de 1939 en la capital Santiago de Chile durante el terremoto de Chillán. Al poco tiempo, comenzó a vivir con aquel médico cirujano y político del Partido Socialista Popular, que ostentó el cargo de presidente de aquella nación americana desde el 3 de noviembre de 1970 hasta el día de su muerte el 11 de septiembre de 1973.

La pareja contrajo matrimonio el 17 de marzo de 1940. Allende era en aquel momento ministro de Salubridad del presidente Pedro Aguirre Cerda. La pareja tuvo tres hijas: Carmen Paz, Beatriz e Isabel. Con una de ellas sufrieron un imprevisto emocional más: la segunda, conocida familiarmente como Tati y muy apegada a su padre, se suicidó en La Habana en 1977. También se quitó la vida la hermana del presidente, Laura, o un nieto, hijo de Isabel.

Negó el sucidio de su marido

La tan heroica como desgraciada muerte de su marido fue un lastre más en su mochila de sentimientos a los que hacer frente. El expresidente chileno murió a consecuencia de un disparo bajo el mentón. Salvador Allende, se suicidó el 11 de septiembre de 1973, antes que entregarse a los militares golpistas que bombardeaban el palacio de la Moneda aquel día. “Salvador cuando supo que estaba dándose el golpe de Estado dijo que llamaran al general Pinochet, que era amigo”, manifestaba Hortensia. Lo que no sabía era que precisamente Pinochet estaba al mando de todo ello. 

Bussi contó que Allende pidió que llamaran a Pinochet, que era amigo. No sabía que estaba detrás del golpe militar

En un principio, la esposa del presidente muerto negó la posibilidad de que fuera un suicidio al verse solo. “No. Hay muchas pruebas. Bomberos que lo sacaron tras el incendio, me mandaron un mensaje diciéndome que fue acribillado el cuerpo por balas, rostro desfigurado”, valoraba a los medios. Sin embargo, décadas más tarde su hija Isabel Allende Bussi solicitó un estudio de los restos de su padre. 

Se encargó al forense vasco Francisco Etxeberria, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. El prestigioso médico guipuzcoano concluyó su estudio con la seguridad de que Salvador Allende sí se suicidó.

Exiliada en México, sin ver el cuerpo de Allende y sola en el entierro rodeada de militares

Los golpistas le impidieron ver el cadáver del presidente democrático y acudió al entierro con un salvoconducto

Si su marido no quiso abandonar al no dejarse apresar vivo, ella tampoco quiso abandonar el país, aunque, vista la situación, acabaría exiliándose en México. “Hay un dicho chileno que es hacer un pijama de madera. Yo prefería que me hicieran uno a abandonar Chile. Los golpistas bombardearon nuestra vivienda en La Moneda, residencia donde estaba yo sola. Salí como pude bajo el bombardeo”, evocaba e iba más allá al encontrarse ante el cuerpo muerto de su esposo. “El cadáver, intenté abrirlo, pero nunca supe qué parte del cuerpo era aquel que estaba intuyendo. Cuando iba a levantar el vidrio, los golpistas no me dejaron. Lo sellaron y en el cementerio de Viña del Mar yo no lo pude ver”, lamentaba. 

Al entierro acudió sola porque ella solo tenía salvoconducto para circular por la ciudad. Pudo acercarse al cementerio la hermana mayor de Salvador. “Estábamos rodeadas de metralletas. Tomé flores de otras sepulturas y los arrojé, y grité: ¡Enterramos a Salvador Allende, presidente de Chile!”.

Hortensia Bussi ‘Tencha’, a la izquierda junto a su hija Isabel Allende en el 95 aniversario del nacimiento de Allende en 2003. Efe

Bussi lamentaba que Pinochet les traicionara. “No sospechamos nunca que fuera un traidor. Siempre nos pareció un soldado leal. También cuando hubo un intento de golpe de Estado previo, con el general Prats. Luego supimos que Pinochet lo que quería era ganar tiempo, que ya estaba acordado su asalto”. 

Con Pinochet en el poder, se fue al traste un sueño chileno político, el de “cambios estructurales a una sociedad burguesa respetando la libertad, la democracia y el pluralismo”, como lo definía el propio Allende. Su esposa definía de “muerte heroica” la del presidente. “Desde el incendio de la Moneda, el ametrallamiento a población civil, el bombardeo de nuestra residencia estando yo dentro… En todo ese momento él resistió hasta el último momento metralleta en mano. El golpe militar derrocó de forma violenta un gobierno democrático popular elegido por el pueblo. La solidaridad de gobiernos de todo el mundo se nos expresó en forma generosa”. 

Tras una vida exiliada en México, logró regresar a Chile recibida entre multitudes. El 18 de junio de 2009, a mediodía, Hortensia Bussi murió en Santiago a la edad de 94 años.

Allende, “un marido regular”

Tras conocerse en un día de película, mientras ella salía del cine y él corría por un terremoto, pasados los años, Hortensia Bussi siempre tenía una respuesta para los periodistas guardada en el bolsillo de su corazón. “Siempre he definido a Salvador como un buen hijo, un buen padre y un marido regular. Él admiraba mucho a las mujeres”, matizaba Tencha, como cariñosamente se le conoce aún a día de hoy en su país.


Primera dama, de izquierdas y sin carné

Bussi se reconocía a sí misma con ideología de izquierda. Sin embargo, solía matizar su respuesta: “Pero no he militado nunca en un partido político. Salvador me lo reprochaba con ironía siempre que yo trataba de defenderle cuando le criticaban desde su propio partido”. 


Según su testimonio, el presidente le reprochaba las siguientes palabras: “No opine usted porque no es socialista con carné. Cuando lo tenga tendrá derecho a opinar”.


Y, a pesar de no tener carné, opinó durante su longeva vida ante medios de comunicación de los cinco continentes sacando la cara a aquel hijo, padre y marido. Lo llevó a cabo luchando por la verdad de ambos y por una Chile mejor.