Este sábado llegará Luz Casal. La próxima semana, el musical Cruz de navajas y justo después el Principal se preparará para vivir su particular programación de La Blanca, que se abrirá con la obra Un Oscar para Óscar. En concreto, la coproducción de La Mandanga y Txalo se podrá ver el 4 de agosto a las 22.00 horas y el 5 a las 19.30 y, de nuevo, a las 22.00. De momento hay entradas para las tres sesiones, aunque hay una de ellas que está a punto de colgar el cartel de completo.

Aunque todavía queda tiempo para que llegue esta primera cita del centenario teatro de la calle San Prudencio con el programa festivo, Jon Plazaola y el vitoriano Gorka Aguinagalde –que comparten tablas con Rebeca Sala y Mara Guil– han querido ir calentando motores en un encuentro con los medios de comunicación en el que ambos han demostrado, una vez más, que son dos compañeros de trabajo que comparten una gran amistad y mucho sentido del humor.

Acompañados por la concejal de Cultura Sonia Díaz de Corcuera, los dos intérpretes –aunque en el caso de Plazaola, él también es coproductor del montaje– han desgranado algunos de los secretos de una obra en la que “se dan la mano la comedia y la ternura” como es propio del director y autor del texto, Mario Hernández. La acción transcurre en Los Ángeles, antes y después de la entrega de los Oscar, a los que un director de cortometrajes que está empezando está nominado.

La cuestión es que no le acompañan a la gala ni su familia ni miembros del equipo, sino los ministros de turno de las carteras de Cultura y Hacienda. Y aquí es donde se desata “una comedia de enredos” con “situaciones muy graciosas” en la que quedan a la vista “muchas miserias humanas”, según apunta Plazaola. 

"¿A qué estamos dispuestos a renunciar?"

“Son cuatro personajes muy distintos” añade Aguinagalde en torno a un montaje para reír pero también para dejar una reflexión sobre la mesa de los espectadores: “¿sabemos a lo que estamos dispuestos a renunciar para conseguir algo que, en teoría, tanto nos importa?”. Todo ello contado a través de estos tres personajes a los que se el une un cuarto del que mejor no dar demasiadas pistas.

Su papel en toda esta historia es algo que tendrán que descubrir quienes acudan al Principal para compartir una situación que, en realidad, parte de un hecho bastante habitual, la presencia de políticos –con sus particulares intereses– a estrenos o actos culturales de todo tipo. “En este caso, la ficción supera con creces a la realidad; nunca nos ha pasado algo como lo que aquí se cuenta”, ríe Plazaola, más allá de que reconoce que “en alguna localidad nos han dicho que incluso nos hemos quedado cortos, que en algún pleno de ese sitio han acabado tirándose las sillas”.

Es de esperar que no suceda así esta vez. Lo que sí tendrán lugar son estos tres pases que llegarán después de que Celedón baje de San Miguel. “Esperemos que nos inviten a la balconada”, ríe Aguinagalde, consciente de que “esta vez me tendré que cuidar; ya la liaremos a partir del 6”. No dejan de ser las fiestas de su ciudad. Las que va a hacer reír junto a Plazaola, Sala y Guil. El Principal empieza La Blanca trasladándose hasta Los Ángeles. Es noche de gala.