La historia de Zuhaitz Gurrutxaga (Elgoibar, 1980) ha estado llena de aventuras, desventuras y giros inesperados. ¿Qué será lo siguiente? Pues lo siguiente para el exfutbolista de la Real Sociedad es un libro. Según cuenta en conversación telefónica, el actor, cómico, monologuista y presentador de televisión, está enfrascado desde hace meses en una “autobiografía” en la que se reconstruye su paso por la Real y donde pretende mostrar “las dos caras del fútbol”, una dulce y otra más amarga. Gurrutxaga jugó en una de las épocas doradas del club txuri-urdin con aquel subcampeonato liguero de la temporada 2002-2003.   

El libro, que aún no lleva título, se publicará el próximo otoño y está escrito al alimón con el escritor y periodista guipuzcoano Ander Izaguirre. Gurrutxaga agradece la implicación de una mano experta en este nuevo proyecto y asegura que la conexión entre ambos está siendo total. “Hablé con Ander, le expliqué la idea y le gustó. Está entusiasmado con el libro” afirma, al tiempo que no puede evitar sentir un poco de “vergüenza” al oír la palabra autobiografía, tal vez por abrirse en canal y contar su vida con bastante sentido del humor y unas gotitas de drama.

Su trayectoria en el teatro

En realidad, su primera incursión literaria no parece estar muy alejada del universo que ha recreado últimamente en el monólogo ‘Futbolistoc’. En el espectáculo teatral que se ha paseado por los escenarios vascos, repasa algunos hitos de su carrera como deportista de élite, donde un joven de 19 años pasa de la noche a la mañana “de jugar en el Sanse en Tercera División a debutar con la Real”. Su primer partido fue contra el Atlético de Madrid y… terminó siendo expulsado. Con el tiempo, la que iba a ser una trayectoria que apuntaba maneras devino en una carrera llena de obstáculos frustrada por la “presión” y el inmenso poder de las expectativas.

“No lo supe llevar bien y no sé hasta qué punto mereció la pena cumplir mi sueño”, reflexiona Gurrutxaga. “En el mundo del fútbol pocas veces se sabe lo que realmente siente un futbolista. No es oro todo lo que reluce en el fútbol”. De aquella etapa de contrastes quedan muchas cosas buenas y otras que no lo son tanto. Por una parte, su objetivo desde niño de haber vestido la camiseta realista y unas facilidades económicas que más quisieran muchos en la era del mileurismo. “En el fútbol se gana más que en el 99 por ciento de los trabajos. Con 23 años tenía mucho más dinero del que podía necesitar”.

Gurrutxaga tropezó con la ansiedad y la frustración, lo que derivó en un desgaste emocional y psicológico que alteró su día a día. El TOC había irrumpido en su vida. “Ahora estoy 400 veces mejor que en la época de la Real, pero sí que me ha quedado algún ramalazo por ahí”, cuenta con la tranquilidad que le otorga la madurez y las “herramientas necesarias” que asegura disponer en estos momentos. El copresentador del programa de ETB1 ‘Herri Txiki Infernu Handi’ durante ocho temporadas, se despide no sin antes recordar una efeméride: se cumplen exactamente 20 años del segundo puesto en la Liga del equipo del que fue hincha y luego jugador. En su momento no pudo o no supo disfrutar de la hazaña, hoy sí: “Cuanto más tiempo pasa, más orgulloso me siento. Fue fantástico, tuvo mucho mérito. Es casi imposible que vuelva a ocurrir”.

Todoterreno

Sprint indie. La banda de música pop Vanpopel fue la sorprendente reaparición de Zuhaitz Gurrutxaga tras su paso por el fútbol profesional. ¿Qué hacía un jugador de la Real metido en un grupo de música con nombre de ciclista holandés? “Me di cuenta de que la gente atendía más a lo que decía entre canción y canción que a la música”, recuerda. Y a partir de un pequeño grupo indie se le fueron abriendo las puertas de otros proyectos artísticos.

‘Humoristoc’. La comedia ha sido su fiel escudero, el compañero de vida del exfutbolista de Elgoibar. La risa le ha ayudado a lidiar con temas como la ansiedad y gracias a sus dotes cómicas ha cuajado en la televisión y el teatro. En la obra ‘Lehendakari Gaia’ se mete en la piel de un psiquiatra que tiene que ayudar a un lehendakari en apuros.